I

37 6 0
                                    


Soy mal hablada, mala hierba
y aunque quisiera, no moriré.
Crezco torcida como árbol torcido,
demasiado indigna para ver el cielo
y respirar en primavera.

Quisiera saber si acaso,
cuando se arrastra el viento,
entre partículas y crónicas olvidadas
de lamentos y pasantes,
si acaso es tan frío como parece.

Como árbol torcido, no moriré
sino que me arrancarán de mis pies,
de todas formas, no tengo a dónde ir.
Que hagan de mí un féretro
y dejen que arda, renegaré mis cenizas.

Pediría que hagan de mí una guitarra,
por el resonar de mi cintura métrica.
Permitan que mi último acorde
sea para depurar.
Pero soy mal hablada
aún si me cortan las cuerdas.

Seré aquella eterna ingrávida
que dice ser carcomida,
la naturaleza colonizadora,
cobra a quien vive de respiraciones ajenas.
La que no duerme desde que fue talada
porque se niega a creer
que no es el cielo quien la devora.

IgniciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora