XCVI

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“Lo que todos llaman cobardía”

José

—¿Se puede estar muerto en vida?—susurré mirando con fastidio el blanco techo—Cada día de mi vida me he preguntado eso, todos los días trato de hacer las cosas bien, pero ¿Qué está mal conmigo?, Parece como si todo estuviera en mi contra—mis manos empezaban a sudar como de costumbre

—Las cosas no siempre nos van a salir perfectamente, debes entender eso—espeto igualmente con fastidio— Dijiste que las cosas con tus padres iban mejorando, ¿Ya dejaron de discutir?

—No—respondí con simpleza— No me refería a eso, ellos me hacen sentir un poco importante

—¿A si?—alzó una de sus cejas como siempre, solo cerré mis ojos e hice un movimiento discreto con mi cabeza en señal de afirmacion, al parecer me entendió—¿Y cómo lo hacen?

—Discutiendo— suspiré pesado regresando mi mirada hacia arriba—Ellos empiezan discutir y hacen que yo lleve recados de uno a otro—mi voz salía pacífica, no sonaba para nada nervioso o triste, ni siquiera me sentía mal, todo el asunto ya me daba igual—No lo sé, tal vez ser un intermediario entre ellos me hace sentir más importante

—Patetico—bufó con sierta burla

Ahí en ese preciso instante y momento me di cuenta que a nadie le importan mis problemas.

—¿De verdad eres psicóloga?—me removí incómodo en el frío sillón de cuero, a pesar de llevar ya un tiempo recostado en este no me había molestado la postura, me incómodo más la persona frente a mi—Parece que tú eres la que necesita ayuda profesional

—No me culpes, no es como si me gustará ayudar a adolescentes hormonales tontos, débiles que creen que el mundo conspira en su contra y te recuerdo que solo estudié pedagogía, no psicología—me miró desde su posición con asco—no me pagan lo suficiente para ayudarte con tus estúpidos problemas

La volví a mirar, me ignoro para anotar cosas en su cuaderno, en verdad me hizo sentir estúpido.

—Si simplemente sintieras lo solo que me siento—susurré intentando no ser escuchado

—No es mi culpa que tus padres sean unos irresponsables—volvió a soltar fríamente sin mirarme

—Entiendo, de cualquier manera ya no me importa nada de esto—me levanté del sillón rápidamente, me urgía salir de ese tonto salón, algo me detenía como siempre, aunque dijera que estaba bien, no era asi, me detuve antes de llegar a la puerta, no podía dar la cara—Hay algo en mi que desde hace tiempo siento sin vida, no sé si es por lo asfixiado que me hace sentir mi "hogar" o lo excluido que me siento en la escuela, pienso que tal vez sea el miedo que me genera mi cabeza al salir a la calle, todo a mi alrededor pasa tan rápido, primero estoy a punto de entrar a la escuela y en un parpadeo me doy cuenta de que estoy a punto de convertirme en un adulto—suspire divertido—esto me tiene jodidamente cansado

—Sigo sin entenderlo—se escuchó el rechinar de su silla—mucha gente le gustaría estar en la misma etapa que tu y simplemente ¿Quieres renunciar a ella?, ¿Sabes cuántas personas en el mundo están luchando por su vida contra enfermedades? Y tú qué estás saludable no la aprovechas.

—Tambien no entiendo—miré hacia el picaporte de la puerta, no podía moverme de aquella posición, ni siquiera para dar la cara—¿Por que otros se aferran tanto a la vida cuando yo ya he renunciado a ella?, ¿Qué tiene de bueno todo nuestro al rededor?

—Muchas cosas, tu no lo ves porque eres joven y ...

—Siempre con lo mismo—la interrumpí, ahora sí tomé todo el aire que pude y la mire, directamente a los ojos—¿Porqué todos toman la edad como excusa?¿El ser joven es significado de inexperiencia?

—Y de cobardía—se levantó con una postura recta—en mis tiempos no habia esto de los problemas psicológicos, no había protestas, todo era pacifico, no había adolescentes escandalosos por lo que ustedes llaman "libertad"

—En tus tiempos no tenías derecho a opinar sobre esto, no tendrías derecho a estar aquí, yo sería superior a ti, en tus tiempos tenías problemas psicológicos que considerabas cosas sin importancia, ¿Quieres que siga?— suspiré, de alguna manera estaba molesto pero no soy grosero, aún así decidí serlo por una vez en mi vida—no había protestas porque se tragaban todo su maldito orgullo y se conformaban con la mierda de su al rededor, sobre la libertad, ni siquiera podían casarse por amor, no somos escandalosos, decimos, reclamamos y si queremos gritamos nuestro disgusto por las cosas que queramos, no somos conformistas, cambiamos y modificamos todo para intentar cambiar el estúpido pasado, del que tanto se aferran los adultos— pasé mi mano por mi cabello peinando lo hacía atras—pero ya nos salimos del tema doctora, creo que usted ha escuchado lo suficiente sobre mi, por lo contrario yo no la conozco y no tengo ni el más mínimo interés en hacerlo. Solo como profesional o como sabía vividora, dígame...—no quería que esto pasará, era lo que siempre evitaba, pero nunca lograba mi objetivo, ahora ya estaba totalmente desperado, con los nervios de punta y la maldita palabra en la punta de la lengua, no había vuelta de regreso, la miré estaba nerviosa al igual que yo—¿Porqué las cosas malas siempre le pasan a las personas que están rotas?

Pause todo para preguntarme, ¿Qué estoy haciendo?.No estaba pensando en nada,no quería que me respondiera y estaba rogando que ella me corriera de aquel lugar espantoso, pero siempre pasaba lo mismo, siempre hablaba de más y terminaba rogando porque me cerrarán la boca, quería que todo acabará si era posible ahora.

Atentamente: IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora