El chico del balcón [TordTom]

Capítulo 1: Rutina

–¡Hola chicos! ¿¡Cómo se encuentran el día de hoy!? ¡Yo soy Tom y en este video responderé a muchas preguntas que me han dejado! ¡Si te gusta mi contenido no dudes en seguirme aquí y en mis otras redes sociales! ¡Sin más que decir podemos empezaaar~!– Dice un joven influencer sonriendo con emoción a la cámara frente a él, su rostro era tan perfecto, la mesa frente a él estaba llena de maquillajes y productos destapados en desorden, dicha mesa se encontraba fuera de cámara, el foco principal tenía una imágen tan perfecta, pero detrás había tanta oscuridad y desorden por doquier, un departamento triste con una sola esquina brillante y llena de vida.

–¡Gracias por acompañarme chicos, no olviden ir a los enlaces que les dejaré en la descripción de este video, si tienen más preguntas no duden en enviarlas a mi instagram, los quiero mucho bye!– Finalmente corta video.

Inmediatamente suspira con frustración y se levanta de su silla para preparar su video.

–Qué preguntas más humillantes, ¿a quién diablos le importa si tengo novia o si me operé la nariz? Lo peor es que cuando suba esta basura habrán retrasados que dirán que miento–.

–Bien, después edito esta basura, qué flojera–.

Y este es mi día a día.

Exponerme a la sociedad como el modelo perfecto y un músico excepcional.

En redes sociales aparento ser increíblemente seductor, alegre, risueño, con un estilo de vida perfectamente saludable, soy el modelo a seguir de toda una generación de jóvenes y la principal fantasía sexual de un montón de fans que espero nunca encontrarme en mi vida.

Pero fuera de cámaras soy todo lo opuesto, tengo problemas de alcoholismo, me aislo en mi pequeña habitación la cual ordeno solamente cuando es la única manera de tener espacio para algunos videos y cuando mi único y mejor amigo Edd me regaña.

En videos aparento ser el ser más tolerante del mundo y supuestamente los comentarios de odio no me afectan pero si tan sólo vieran cuantas ganas tengo de responder a esos imbéciles con tantos insultos que me borrarían la cuenta para siempre y probablemente me llegaría una jugosa denuncia.

Pero es una faceta problemática que sólo yo y mi querido amigo Edd conócemos, y probablemente el idiota de Matt.

De repente escucho que tocan la puerta, dejo el teléfono en mi escritorio y veo la mirilla para asegurarme de que sea un conocido. Al verificar quién era sonreí, era Edd, que miraba fijamente la mirilla sabiendo que lo estaba observando.