Solo una noche (XiYao) [✓]

Capítulo 12

Familia.

Hijos

Esposo.

Compromiso.

Cuatro grandes cosas que Lan Xichen jamás buscó, quizá si lo quiso en algunas ocasiones como cuando salía de trabajar y quería platicar con alguien sobre su día o cuando se imagina que llegando a casa un aroma a hogar se filtraría por sus fosas nasales pero no, eso no le pasaba a él, así que tan solo cuando regresaba de trabajar un solitario hogar lo esperaba junto con su característico aroma a desinfectante.

Y quizás dirás que triste, que solitaria era su vida y sí así era pero nunca lo notó porque estaba acostumbrado a vivir así o eso creía.

Todo el tiempo que llevaba viviendo con los Omegas fue el mejor, ahora llegaba a casa y un olor dulce que había en el aire lo recibía junto con la calidez, hasta se atrevía a jurar que un aura amarilla de calidez rodeaba a su Omega, a su hogar. En ese tiempo junto a Meng Yao había comprobado algo y era que quería estar con él por el resto de su vida, incluso quizá tener algún cachorro, tendría su primogénito y se haría cargo del negocio familiar, si es que así lo deseaba.

Xichen ya tenía casi su vida planeada desde que vivía con el Omega. Su plan era el siguiente:

1. En un mes le pediría que regresara a China con él.

2. En un año compraría una casa para los tres.

3. En dos años le pediría matrimonio y medio año después tendrían un cachorro.

4. Y vivirían felices hasta morir.

Era un plan perfecto y todo estaba calculado o eso creía ya que no esperaba enterarse que ya tenía un hijo y que se había perdido 17 años de su vida.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué acabas de decir?!— Xichen se levantó de su asiento de forma brusca haciendo caer la silla.

— Lo que escuchaste, JingYi es tu hijo.— dijo casi sin importancia Meng Yao, si estaba nervioso y con algo de miedo, pero que era lo peor que podría pasar ¿Que se fuera? ¿Qué lo dejará o le quitara a su hijo? Sí eso sería trágico pero en el tiempo que lleva conociendolo sabe que no lo haría, Xichen no es ese tipo de Alfa.

JingYi tan solo observaba en silencio mientras le daba una gran mordida a un baguette. Todo podía terminar muy bien o muy mal, pero ese no era problema de él.

— Se que debí decirte antes pero bueno... Tú sabes... No estábamos en buenos términos, perdóname — fue lo único que pudo decir Meng Yao.

— No, tú debiste decirme cuando te enteraste que estabas embarazado ¿Por qué ocultarlo hasta ahora? Explícate por favor— Xichen trató de estar lo más tranquilo posible así que tomó la silla y volvió a sentarse.