A pesar de que mi corazón casi gritaba, instándome a adentrarme en las profundidades de las mazmorras decidí ser fuerte y caminé en la dirección opuesta.
Cregan tenía sus habitaciones en el ala oeste de la fortaleza y, conforme me acercaba, pude ver a algunos de sus hombres yendo y viniendo de forma apresurada, preparando una acelerada partida.
Uno de ellos estaba apostado junto a la puerta. No sabía su nombre pero parecía algo cansado. Tenía el ceño fruncido lleno de preocupación y hasta temí hablarle.
- Vengo a ver a Lord Stark - murmuré y tuve que aclarar un poco mi garganta - ¿Está despierto...?
El hombre me miró de arriba abajo y tuve la urgencia de desviar la vista. Los hombres del norte sí que tenían la mirada pesada... Pero tendría que acostumbrarme. Quizá tratar de estar en el lado amable de su gente. No por estar con Cregan me verían como parte de ellos.
Después de unos segundos asintió y abrió la puerta para mí.
Le agradecí antes de pasar y vi a Cregan que estaba incorporado en la cama dando instrucciones a algunos sirvientes.No estaba cubierto con sábanas así que podía ver bien su pierna herida. Podía ver la sangre que manchaba los vendajes y la imagen me hizo tragar saliva.
- El príncipe Lucerys, mi lord - me sobresaltó la voz del hombre detrás de mí aunque no tuve tiempo de reaccionar pues Cregan volteó a verme y vi un brillo aliviado en sus ojos.
- Lucerys... De haber sabido que vendrías habría tratado de estar más presentable... - dijo y yo solo sonreí un poco. Me hizo un ademán para acercarme - Por favor. Siéntate...
Yo lo hice en el borde de la cama. Cregan me sonrió con calidez.
- Déjennos. Pueden terminar más tarde con eso - los sirvientes hicieron apenas una reverencia antes de salir. El hombre de la puerta se quedó esperando unos segundos - Está bien, Rowan. Lucerys es una visita agradable - dicho esto, él solo asintió y cerró la puerta para darnos privacidad.
Dudé un poco pero puse mi mano sobre las de Cregan y a él pareció sorprenderle el gesto de forma agradable.
- ¿Cómo estás...? - pregunté en voz baja.
- No me quejo - respondió - He estado peor. Y ahora me siento mucho mejor... - suspiró. Era como si estuviera aliviado. Incluso noté que sus hombros se relajaban un poco - Si te soy honesto... Pensé que... No vendrías.
Solo pude sonreírle un poco. No sabía qué responder. Me lo había pensado, claro. De hecho, mi corazón aún sopesaba la idea de ir a buscar a Aemond, de al menos tratar de despedirme...
- Jacaerys habló conmigo - murmuré - Y... En cuanto tú te vayas yo te acompañaré. Sé que estaré a salvo contigo y al menos ese alivio quiero darle a mi familia... Vienen tiempos complicados y creo que he causado ya bastantes preocupaciones.
Cregan miró sus manos. La mía apenas y podía cubrir la palma de la suya. No me dijo nada de inmediato. Parecía que estaba pensando sus palabras y yo no quería presionarlo. Solamente nos quedamos en silencio.
- Sé que estás tomando esta decisión por tu familia - empezó a decir en voz baja. Tomó mi mano con cuidado antes de continuar - No es a mí a quien eliges. Y lo entiendo. Me... avergüenza... ahora mismo sentir alivio de verte. Saber que estás aquí ahora y no con él... - suspiró con pesadez y curvó las cejas aunque aún no me miraba. Había apenas una pequeña sonrisa en sus labios aunque no era de alegría- Lucerys... Te juro por mi honor que haré todo lo que pueda para ganarme tu corazón. Dedicaré mi vida a ello si es necesario - finalmente sus ojos grises se encontraron con los míos y sentí una punzada de culpa en el pecho.
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El lobo y el dragón [TERMINADA]
FanfictionLucerys nunca deseó estar en esa posición. Por un lado, estaba el terror de su infancia, clamándolo como suyo. Por el otro, un compromiso forjado a sus espaldas con un lord que apenas conocía. ¿Podría sobrevivir la disputa entre un lobo y un dragón...