La salida

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Era 23 de septiembre, el día del comienzo de escuela. Todos los alumnos estaban a punto de despedirse de sus padres o abuelos hasta el final del trimestre. El tren aguardaba paciente mientras todos se subían. Solo una niña estaba sola, se llamaba Fei, vivía en el edificio 20 de Glynne Street, en Cardiff. Era nueva en la escuela, al igual que muchos otros, pero ella era especial, aunque todavía no lo supiera.

Ya pasado un cuarto de hora el tren dio el pitido de salida para avisar a los pasajeros de que ya era la hora de irse. Katy condujo a su hermano pequeño Carl hasta su compartimento. Cuando todo parecía en orden una chica de más o menos 14 años se chocó con él.

-Ups, perdón que torpe.

-No pasa nada, ¿tú también estas en este compartimento?

-Sí- Respondió la chica- Oh, que mal educada, no me he presentado, me llamo Fei, y tú eres...

-Sí, perdón- Se disculpó tartamudeando- Me llamo Carl, encantado de conocerte Fei.

-Igualmente, pasa, que pronto nos vamos de la estación.

-Sí- Dijo obedeciendo a la chica. - Agh, no llego. - Se quejó mientras intentaba meter las maletas.

-No te preocupes yo te ayudo- y cuando Fei guardó el equipaje de los dos se sentaron a charlar un rato.

- ¿Tienes miedo? - Preguntó Carl.

- ¿Por qué iba a tenerlo? Solo es un colegio como al que iba antes.

- ¿Y tus padres? ¿Están de acuerdo con que vallas? -Carl, a pesar de ser un niño curioso también le costaba hacer amigos, por aquella razón quiso seguir con la conversación por si a Fei le gustaba hablar.

-Bueno..., es que..., verás, yo conocí poco a mis padres. Mi madre, murió después de dar a luz, y bueno, mi padre como la quería tanto no dejaba de decir que era culpa mía, así que un día harta de los comentarios me fugué por la noche sin que nadie lo supiese y me fui a la casa de una amiga mía. Su madre cuando se enteró de que estaba allí me dijo que no podía cuidar de mí, si lo hacía sin el permiso de mis padres le podrían multar y ya iban escasos de dinero, casi ni podía alimentar a su hija, por lo tanto, decidió llevarme a mí casa y cuando mi padre me vio junto a esa señora me mandó irme a mi cuarto, y le pidió disculpas a la madre de mi amiga. Empezó a echarme la bronca no se si fue la peor que he recibido en toda mi vida. Pero lo peor de todo fue al día siguiente, cuando regresé del colegio le vi hablando por teléfono por el agujero de debajo de la puerta, cosa que nunca hacía, así que intuí que algo pasaba. Subí a mi cuarto y dejé mis cosas, esparcí mis deberes y puse un boli para que pareciera que los hacía. Bajé corriendo las escaleras y pegué el oído a la puerta para saber lo que pasaba. No lo escuchaba muy bien pero más o menos entendí que me iba a mandar a un internado para que aprendiera modales y a comportarme. Nada más escuché que colgaba el teléfono subí las escaleras, iba tan rápido que casi me tropiezo, pero logré llegar a tiempo. Mi padre me dijo que hiciera las maletas que me mandaría a un internado y eso hice. Tan solo estuve una semana allí, pero como no me trataban mal yo no me portaba mal, es decir a tal palo tal astilla. Llamaron a mi padre y como él lo único que quería era librarse de mí me llevó a una casa de acogida y allí me quedé hasta que me llamaron y fui invitada a la escuela.

-Valla, yo vivo con mis padres y mi hermana, bueno hermanastra. Nunca me han tratado tan mal. Lo siento.

Cambiaron el tema varias veces, y se echaron risas, por fin los dos hacían un amigo.

Pasaron 3 horas y llegaba ya la hora de comer, por los megáfonos del tren se escuchaba las instrucciones para ir al vagón restaurante, normalmente Katy se sentaba con su novio Mark, pero como era el primer día de su hermanito Carl se fue con ellos.

-Hola Carl, ¿quién es esta? ¿Ya tienes una amiga?

-Me llamo Fei, supongo que tú eres Katy, la hermana de Carl ¿no?

-Sí, ¿ya le has molestado con tu historia? - Pero de pronto se acercó Mark-

-Qué pasa canijo- Le dijo a Carl

-No me llames canijo.

- Haré lo que me salga de las narices idiota.

Su hermana dispuesta a defenderlo intento responder, pero antes de que pudiera decir nada Fei se levantó del asiento y le gritó:

- ¡Idiota lo serás tú! Ah no perdón, el termino idiota no es suficiente para ti, tú lo que eres es cretino, y sí, me has oído bien CRE-TI-NO.

-Tú no te metas y no me hables así niñata.

-Mi importa una poco, por no decir nada lo que me digas, tú no me mandas, además como bien has dicho tú antes, haré lo que me salga de las narices, si quiero defender a mi amigo lo hago y si te quiero pegar una bofetada también.

- Ja, no te atreves.

- Eso lo dirás tú.

Y se levantó a pegarle una bofetada. Cuando terminó Mark tenía la mejilla completamente roja, y aunque Katy siempre estuviera de su lado ese día no.

-Ayúdame Katy que se la pienso devolver.

- ¡Eres imbécil o que te pasa! Acabas de meterte con mi hermano y reírte de su amiga, ¿acaso crees que te mereces que te ayude?

-Pues sí.

-Agh, Fei tiene razón, no sé cómo me he podido enamorar de un cretino tan imbécil como tú, vámonos chicos.

Salieron de allí sin mediar palabra, cogieron la comida y se fueron al compartimento donde estaban Fei y Carl para comer.

Terminó la hora de la comida y Katy volvió a su compartimento.

-Uf, por fin. Valla novio se ha echado tu hermana eh.

-Ya, bueno no lo puede evitar, lo único que quiere es tener novio, como sus amigas.

-Mejor no tenerlo a tener uno malo.

-Ya, eso le he dicho yo, pero no me hace ni caso 

Luzimber Saturno Escuela de MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora