Izumi-san

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- ¡Yamaguchi-kun, por aquí! - le llamó la chica desde una de las mesas de aquella agradable cafetería.

"¿A Hinata y Kageyama les gustaría éste lugar?"

Se dió un golpe mental por tener aquel pensamiento, siendo un cínico al preguntarse eso después de los sucesos del día anterior en casa del pelirojo.

– Hola, Izumi-san – saludó Tadashi con una pequeña sonrisa llegando a la mesa.

– Siéntate por favor, hay mucho que me gustaría platicar contigo – pidió la chica con una sonrisa llena de emoción.

Yamaguchi se encontró curioso ante eso, sin embargo esperó a que Izumi le preguntara algo.

Una mesera se acercó a su mesa a tomar sus órdenes.

– Bienvenidos, ¿saben lo que  van a pedir o gustan que les traiga la carta? – preguntó con una sonrisa educada.

– Yamaguchi-kun, ¿ya vas a pedir? – habló Izumi-san en su dirección.

– ¿Podría traerme un moka oscuro, por favor? – pidió.

La mesera anotó mientras asentía.

– A mí me gustaría una capuchino de vainilla y una rebanada de pastel de limón, por favor – dijo Izumi-san.

– Por supuesto, se los traeré en un momento – habló la mesera para después retirarse.

Ambos adolescentes se quedaron en silencio unos momentos, hasta que la chica decidió hablar.

– Me imagino que te preguntarás por qué te invité a venir aquí, ¿no, Yamaguchi-kun? – el mencionado asintió – es algo simple en realidad, solo quería conocerte bien, siendo que eres el mejor amigo de Tsukishima-kun – dijo Izumi, algo apenada.

Ciertamente no sabía cómo tratar con el chico ya que apenas habían cruzado algunas palabras y ciertamente Tsukishima no hablaba mucho de otros cuando estaban juntos pero cuando le preguntó a dónde podía invitar al peliverde para tener un rato cómodo, el de lentes solo le dijo que le gustaban los lugares tranquilos como cafeterías y tampoco le molestaba ir a ver tiendas de ropa.

Izumi pensó que debía ser como lo que Yamaguchi se veía, un chico bastante amable y algo tranquilo.

– Oh bueno, me halaga que me tomes en cuenta, Izumi-san – respondió él, genuinamente agradecido de que la chica lo tomara en cuenta al ser amigo de su novio – hmm, la verdad no sé bien qué decirte para conocernos mejor – agregó avergonzado por no encontrar tema.

– Descuida, de hecho ya tenía una lista de cosas que quería preguntarte, si no te molesta – hablo sonrojada, pero es que realmente le emocionaba conocer al amigo de prácticamente toda la vida de su pareja.

Yamaguchi asintió ante lo dicho por Izumi, entonces ella empezó a cuestionar.

– Tu y Tsukishima–kun están en el club de voley, ¿siempre te gustaron los deportes? – preguntó curiosa.

– Bueno, conocí el deporte ya que Tsukki decía que su hermano lo jugaba, entonces ambos lo empezamos a practicar y cuando entramos al karasuno fue cuando de verdad empecé a disfrutar del voley, creo que lo que necesitas es un buen equipo– respondió con una sonrisa, mientras un singular dúo llegaba a su cabeza.

Había omitido el asunto de Tsukishima y su hermano ya que desconocía si Izumi sabía del tema, entonces prefirió ahorrarselo.

– Entiendo, yo no práctico ningún deporte pero de pequeña solía hacer natación, y es cierto, es más disfrutable cuando es en compañía– dijo ella sonriendo.

Sus pedidos habían llegado, y entre platicas y sorbos a sus bebidas, la novia y el mejor amigo de Tsukishima se fueron conociendo.

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Después de una larga charla sobre varias cosas, Izumi y Yamaguchi habían congeniado bastante bien, ella era un poco más extrovertida que el chico entonces los temas de conversación nunca faltaron.

– ¿Entonces a Tsukishima-kun no le gusta mojarse? – preguntó Izumi, divertida con las historias que Yamaguchi le contaba sobre él y el rubio de pequeños.

– Jajaja, no, él realmente lo detesta – respondió entre risas – una vez en verano, llegué de sorpresa a su casa y cuando le lancé un globo de agua realmente se enfadó, tampoco le gusta mojarse en la playa, siempre se quedaba bajo una sombrilla– terminó de contar

– Hmm, supongo que para nuestra siguiente cita podría gastarle una broma diciéndole que iremos a la piscina entonces– dijo Izumi, divertida y con un tono de malicia en la voz

– Por favor si lo haces dime qué cara pone – pidió el peliverde juntando las manos a modo de broma.

– Lo grabaré especialmente para tí, Yamaguchi-kun – respondió ella.

Ambos se rieron fuerte, aunque no había mucho problema ya que justo ahora se encontraban de camino a la casa de Izumi, Yamaguchi dijo que no podía dejarla irse sola aunque la distancia no fuera mucha.

Izumi no se había equivocado al pensar que el chico era amable.

– Aquí es, Yamaguchi-kun, gracias por aceptar la invitación, sé que fue algo repentina y probablemente tenías algo más que hacer, pero realmente quería conocerte mejor – habló Izumi cuando habían llegado a su hogar.

– No te preocupes, Izumi-san, a mi también me agradó conocerte y no fue ninguna molestia, de hecho justo lo que necesitaba era salir y te lo agradezco– respondió Tadashi con una sonrisa.

– Hasta pronto entonces, espero que podamos volver a salir, tal vez con Tsukishima-kun – propuso la chica, a lo cual Yamaguchi asintió – y también podrías invitar a Hinata-kun y Kageyama-kun.

Agregó con una sonrisa un poco más picarona, que hizo sonrojar levemente al peliverde

– E-eh sí, tal vez... – habló de manera nerviosa antes de despedirse de la Izumi-san y regresar a su casa.

Donde de nuevo pensaría en lo ocurrido el día anterior con cierto pelirrojo.

••••••••••

Ante todo pronóstico, esta historia sigue, al igual que mi vida.

Realmente pensé mucho rato si dejarla o no, ya que desde un principio sabía que esto no empezó sin pies ni cabeza, todo iba saliendo sobre la marcha con vagas ideas de lo que quería hacer.

Veré cómo seguir con la historia, si alguien sigue leyendo esto agradecería alguna/s sugerencias :']

Eso es todo de momento, cuídense y tomen agua, espero hayan pasado un bonito pride (⁠ʃ⁠ƪ⁠^⁠3⁠^⁠)

Lo que Yamaguchi siente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora