Tres años después.
Eugene, que estaba cerrando el último botón de su camisa frente al espejo, estaba perdido en sus pensamientos, como si hubiera recordado algo, rápidamente agarró un cárdigan y lo colocó sobre su bolso.
Cuando salió a la sala de estar y miró el reloj en la pared, todavía quedaba mucho tiempo antes de que llegara el autobús que lo llevaría al aeropuerto. Se sentó en un sofá cubierto con una gran tela blanca y marcó un número familiar.
Fue triste para él que Halo rechazara un último encuentro cara a cara entre ambos antes de irse de Londres. Chesley, que era como un miembro de la familia, estaba igual de preocupada por Halo.
¿Y si no responde? pensó Eugene preocupado, afortunadamente, el pitido de llamada no duró mucho.
[¿Jin?]
"Sí, soy yo".
[¿Te vas ya?]
"Sí, pero aún queda un poco de tiempo antes de que llegue mi autobús".
[Que bueno ¡Oh! Chesley también está a mi lado, está ocupada horneando cannolis en este momento, pero si quieres te la paso]
"No, está bien, saludaré a Chesley más tarde".
[¿De verdad? De todos modos, gracias por llamar. Descansa, relájate y vuelve cuando quieras... Y espero que no pase nada, pero si algo sucede, tienes que contactarme de inmediato. Estaré ahí enseguida, ¿Okey?]
"Ya no soy un niño ..." respondió Eugene con una sonrisa al regaño lleno de preocupaciones de Halo.
[Para mí eres un niño y mi único hijo. Es natural que me preocupe por ti.]
Eugene siempre la admiró, por su fuerza y gran corazón y porque a pesar de haber perdido a su pareja, crió sola a Simón. Poco después de la muerte de Simón, Halo empezó a llamar a Eugene hijo. Fue muy vergonzoso al principio, pero antes de darse cuenta, empezó a acostumbrarse y aceptarlo porque quería consolarla, aunque fuera un poco, por perder tanto a su pareja como a su hijo.
Eugene sonrió ligeramente, frotando la parte posterior de su cabeza con la palma de su mano.
[Ahora pude escuchar que sonreíste, me alegra]
Eugene también pudo escuchar que ella sonreía. Fue un sonido lleno de alivio y pesar.
"Lo siento, Halo, pero siempre te estaré agradecido. Si no fuera por ti ... todo habría sido muy difícil".
[Yo también lo siento... pero soy yo la que te agradece. De hecho, todavía quiero retenerte y aferrarme a ti, te extrañare mucho. Pero lo aguantaré por ti, porque tú quieres que lo haga]
"...gracias de verdad".
[Yo también, así que asegúrate de ser feliz]
"Te llamaré a menudo".
[Estaré esperando]
Después de terminar su última llamada en Londres, Eugene se inclinó lánguidamente en el sofá, soltó un suspiro largo y recordó lo que había pasado hace unos meses.
"Me voy a ir de aquí".
Halo se sorprendió por la declaración repentina de Eugene y entre lágrimas dijo
"¿Por qué tomaste esa decisión de repente?... ¿Es porque te molestamos?"
Aproximadamente dos años después de la muerte de Simón, Eugene decidió abandonar Londres. Eugene, que trabajaba como perfumista, se había ido de Londres y mudado a un pueblo rural remoto para trabajar en un nuevo perfume.