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El fuego se extendía rapidamente, la pequeña aldea estaba en llamas

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El fuego se extendía rapidamente, la pequeña aldea estaba en llamas.
Los gritos de auxilio no eras atendidos, en los últimos momentos de vida, las personas se preocupaban más por ellos que por otros.

El fuego estaba en todo lugar, casi ninguna persona habian logrado salir de sus casas, los pocos que lo hacian se desmayaban por el humo.

En medio de toda la catástrofe, los niños eran los que peor salian, pues no sabían que hacer en tal situacion, pero los bebes no lograban ni siquiera llorar, pues sus pulmones ya habian sido contaminados de humo.

Aca empieza la histora de cuatro pequeños, y un Obispo.

Aunque todas las entradas de la aldea estuvieran ardiendo, alguien pudo entrar, sin siquiera verse afectada por el humo, entraba con cuatro coronas en mano, mientras que el tenia una corona morada en su cabeza.

Caminaba a un lugar específico, ella no sabía a donde iba, solo seguía lo que las coronas decian, pues si, esas coronas no eran de plástico, ni de metal, eran coronas reales, que convertian en un Dios a dicha persona que las usará.

No volteba a ver a nadie, ni aquellos que pedian ayuda, tenia la mirada al frente, buscando a otros.

La primera corona, la corona verde, la mando a una casa como las otras, pues todas eran iguales, dicha casa estaba quemandose, pero no estaba tan mal como las demas.

El Obispo se adentro, viendo que nadie quedaba ahí, dudosa, examinó todo el lugar, hasta llegar a una habitación cerrada.

No tenia tiempo para pensar, derribo la puerta con todo lo que tenia, sin encontrar nada a primera vista.

Buscando mas profundo, pudo ver una cuna, donde se encontraba un bebe, aquel que parecía una oruga.

La corona verde, cargó a aquel pequeño - con sus poderes-, que aun respiraba, sin ser abatido por el fuego.

El Obispo sabía que la corona ya habia encontrado al primer elegido.

Salió de ahí rápidamente, ahora era turno de la corona amarilla, que empezó a ir a otra casa en las mismas condiciones que la anterior.

El Obispo la siguió, entró y camino rápidamente, el humo empezaba a carcomer sus pulmones.

Nuevamente , la corona entró a una habitación, donde lo siguió, esta vez, además de una cuna, había una cama matrimonial.

Junto a dos cuerpos.

No se molesto en mirarlos, pues la corona estaba junto a la cuna, donde se encontraba otro bebe.

𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠 ♥︎ ~ 𝑁𝑎𝑟𝑖𝑛𝑑𝑒𝑟 𝑋 𝐿𝑎𝑚𝑏 ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora