Bloody Valentine |Chanlix|

Valentine's Day

Habían acomodado los postres en medio de la cama, mientras que ellos estaban uno frente al otro.

Ansiosos por lo que vendría después, ambos deseaban tener al otro. Y se tendrían.

No sabían por cuál porción iban, ambos habían comido bastante y se sentían satisfechos, con cuidado alejaron las sobras en las mesitas que tenían junto a la cama.

Mientras uno de ellos se volteó, el otro aprovechó para acomodar las almohadas.

—Channie...

De improvisto Chan se había quitado la camisa y se acercó a Felix, el mayor estaba de pie, mientras que el menor estaba sentado en la orilla de la cama, con sus piernas abiertas y el pelirrojo entre ellas.

Aquel brazo lleno de tinta se acercó al pecoso, mientras que este tocaba con suavidad e impresión todo su brazo.

Felix estaba maravillado con la excelente vista que le regalaba Chan, su abdomen completamente trabajado, sus pectorales firmes y sus brazos musculosos.

Era Perfecto.

—Ángel...no sabes cuanto te deseo— tomó su barbilla con algo de fuerza y se acercó —No sabes lo mucho que me estoy conteniendo para no joderte sin sentido ahora mismo.

Los ojos de Chan demostraban deseo puro.

Y Felix no sería quien para rechazar eso.

—¿Y por que no lo haces?— preguntó bajito, su tono de voz cambiando, provocando más al mayor.

—No quiero corromperte, Ángel— lo tomó entre sus brazos y lo cargó un poco, para después acomodarlo en la cama, quitándole el pantalón y la playera con una rapidez que hizo a Felix sorprenderse —Soy una bestia, te haré llorar y suplicar como nunca antes, deseo tanto follarte de la manera más obscena que se te ocurra...

—Chan— soltó un pequeño gimoteo cuando el mayor retiró su ropa interior, y acariciaba con sus manos sus piernas, subiendo hasta sus pezones y jugando con ellos.

—Pero eres alguien tan frágil, ángel, tan lindo y delicado... que todo tú me incita a joderte de todas las maneras posibles.

El menor abrió sus ojos cuando sintió una mano de Chan afianzarse en su cadera, y la otra en su cuello, haciéndole un poco difícil el pasar aire.

—Chan...

—A la mierda toda compasión, ángel, voy a romperte por completo.

Felix no supo en qué maldito momento el mayor se quitó toda la ropa, quedando desnudo.

Y joder, no podía estar mas maravillado.

Chan era grande, no solo muscularmente, si no también su polla.

Chan literalmente lo rompería si le metía eso por el culo.

—Chan..

—No puedes escapar ahora, ángel, eres mío.

—No quiero escapar, Chan— se lamió los labios mirándolo con deseo —Haz lo que desees conmigo, estoy a tu completa disposición.

Terminando de decir eso los ojos de ambos se oscurecieron.

Por fin, ambos se tenían en sus manos.