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Jae despertó confundido y sudado, resulta que se había desmayado.
Seguía sin tener fuerzas, pero como pudo se levantó y fue corriendo a buscar y comerse una manzana, la cual hizo que tuviese un poco más de energía, sin embargo, seguía sintiéndose un poco débil.

Ya lo tenía decidido, iría a comprar comida. Entró a su cuarto y empezó a buscar dinero por todos lados, en su escritorio, debajo de la cama y en los bolsillos de sus pantalones. Extrañamente, consiguió veintiséis mil wones, cosa que se le hacía muy raro porque, nunca encontraba dinero, y que encontrara esa cantidad se le hacía aún más extraño, o tal vez simplemente nunca se dedicó a mirar bien los espacios de su cuarto, hace demasiado tiempo no lo hacía, tal vez desde que empezó a vivir allí.

Más que contento, Jae tomó el dinero y lo metió en el bolsillo de su pantalón, agarró una chaqueta y salió de su casa un poco apresurado, pues no le gustaba tanto la sensación de hambre y náuseas.

Antes que nada, llegó a la farmacia a comprar sus vitaminas antes de que se le olvidara hacerlo, ya no quería desmayarse de nuevo. Jae realmente odiaba con toda su alma desmayarse.

Con un poco de prisa entró a la tienda que estaba a unos tres locales de la farmacia. Al entrar al lugar, notó que su amiga So-hyun estaba ahí de turno, así que volteó a verla, y saludó a su amiga alzando su brazo.

No habían muchas personas en el local, lo cuál le generaba un poco de paz. A Jae le gustan los lugares sin muchas personas, entre menos personas, mejor.

Jae se acercó al pasillo en el que se encontraban los dulces, pues nunca venía mal comprar unos cuantos. Al entrar al pasillo no notó que Wonpil se encontraba ahí, así que simplemente de enfocó que buscar unas galletas para su madre. Extendió su mano para recoger un paquete cuando de repente, se topó con Wonpil a su lado, el cuál también iba a comprar las mismas galletas.

Jae volteo a ver al menor y sonrió un poco bajando su mano.

— ¿te gustan estas galletas? — dijo señalándolas, mirando a Wonpil directamente a los ojos. Se propuso a si mismo hacerlo cada vez que se vean, ya que le parecía chistoso como el chico se ponía nervioso.

Wonpil se había puesto realmente nervioso al toparse de repente con Jae en el supermercado y que de paso este lo mirara a los ojos. No le incomodaba que lo mirasen a los ojos pero, por alguna razón, al ver a Jae a los ojos su corazón dejaba de latir, y volvía a latir con rapidez.

— Sí, me gustan mucho, son mis galletas favoritas. — sonrió.

Jae rió un poco. Por alguna razón le causaban gracia sus ojos. Eran raros, pero había algo en ellos que los hacían agradables de ver.

— Supongo que nos estaremos viendo seguido. — Dijo Jae tomando las galletas. — Me temo que hoy no te tocará llevar galletas. Si quieres que te dé algunas puedes ir a mi casa y pedírmelas, total que vives cerca mío.

Dicho esto, Jae no hizo más que poner las galletas en su canasta e ir caminando a buscar otras cosas. ya finalizada su misión, se acercó a la caja.

— ¡Hola, tiempo sin verte! ¿cómo has estado? — Dijo su amiga So-hyun. —

— Eh... bien, diría yo. — A Jae se le hacía muy raro hablar de nuevo son So-hyun, pues habían dejado de hablar gracias a un inconveniente que pasó entre ella, su hermano Younghyun, y él. —

Al parecer, luego de eso, So-hyun recordó todo y no pronunció ni una otra palabra luego de eso más que el total de todo lo que Jae había comprado. Jae simplemente pagó todo, se despidió y se fue con un poco de prisa a su casa.

Rápidamente, Jae desempacó todo lo que compró y se preparó una sopa instantánea, pues era lo más rápido que podía hacerse en ese momento y tenía tanta hambre como si no hubiese comido en semanas.

Había sido un día desastroso, a veces Jae odiaba vivir, odiaba no poder organizarse. ¿De que servía tener un diario si solo lo usa para quejarse y no para empezar a arreglar su vida? lo único que sabía era que tenía que volver a buscar trabajo. Si... eso... buscar un trabajo.

neighbours. / jaepil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora