Las Visiones De Vos, Mi Amado

215 21 2
                                    

La mañana surgió en el oscuro y frío lugar, el horrible sueño terminó, aun así, al abrir sus cansados ópticos, observó como la bestia quien lo espiaba mientras dormía se ocultó y desapareció dentro del lóbrego cuarto.

Se asustó un poco al tener la cara de la bestia algo cerca, pero al esconderse, lo intentó buscar con la mirada, sin resultado alguno, solo estaban las blancas rosas que ornamentaban el lugar, la suave luz al fin empezó a aclararlo todo, los rayos cubrían su melancólico rostro; al despertarse completamente sintió algo raro en sus manos, la incómoda sensación se provocó gracias a que la bestia quitó sus armas mientras dormía y no era todo.

Al poner los pies en el suelo, decidió caminar hasta el espejo, otra joya colgaba de su cuello, lo único que cambiaba es que ahora era una verde esmeralda.

-Genial, otro collar, ahora parece que quiere comprar mi libertad a base de joyería- dijo mientras agarraba el colgante.

-Deje escapar una oportunidad, ahora estoy desarmado- murmuraba maldiciéndose a si mismo -Aun así debo descubrir que oculta el predacon y el significado de ese horripilante sueño-

A pesar de su frustración, se decidió a buscar la verdad sobre la bestia, al principio no estaba seguro si salir de ese cuarto por la posibilidad de ser embestido por la criatura, pero ya no dejaria escapar su posible última ventaja.

De manera osada comenzó a explorar el castillo, aprovecho la luz del día para encontrar pequeños detalles que en la noche no lograría ver. Buscaba pistas qué confirmen qué la bestia tenía alguna alianza con el bando Decepticon, nada, no encontraba nada más que rosas, joyas y oro dentro de los cuartos; parecía que la bestia surgió o mejor dicho resucitó de la nada.

-¿Cómo es posible que no encuentre nada que pruebe qué me atraparon los enemigos? - se cuestionaba buscando los mínimos detalles que delaten a la bestia.

-Se supone que debe haber algo que pruebe que me capturó para sacar información de los autobots y traicionarlos, fallé como comandante al haberme entregado en primer lugar- se maldecía a si mismo

-Solo soy un fraude para la causa, aun así, debo encontrar algo-

El día estaba en la mitad, arriesgado, optó para descubrir los alrededores, ver hasta donde se extendía su visión, recorría los pasillos exteriores qué también estaban enredados entre rosas y otras plantas.

-Más plantas, cada vez hay más plantas, creo que tendré que investigar por que hay tantas- decía al pasar por los floridos corredores, buscaba algún lugar para descansar de esa caminata hasta encontrar un pequeño corredor qué era cubierto por un techo de mármol.

-Iré haya a meditar, talvez una respuesta llegue a mi- fue hasta la sombra de ese techo, entonces recordó un detalle, las clases de historia de cuando estudiaba, recordar aquellas clases donde hablaban del inicio de la historia de Cybertron.

-Recapitulando, los predacones tenían su régimen del más fuerte, así como el sueño, aun así nunca hablaron de que hayan llegado a otro planeta- se estaba empezando a frustrar y recordó otro detalle, el como conseguían una pareja

-Los predacons elegían al espécimen que mas se adapte para pareja verdad? por eso me regalará joyas?- la sensación de la vergüenza amenazó, a partir de entonces se sintió tomado a la fuerza - ¿Qué estoy diciendo? eso es estúpido, aun así siento que me esta sometiendo-

La noche estaba comenzando a caer, se vio interrumpido por el sonido de la campana que anunciaba su reunión con el desconocido carcelero, no se podría negar, no quería ser asesinado y menos por esa cosa, se empezó a tragar su orgullo.

El Comandante y La Bestia (Transformers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora