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—¿Y BIEN? ¿Qué harás? –Preguntó Marcus

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—¿Y BIEN? ¿Qué harás? –Preguntó Marcus.

Había pasado aproximadamente dos horas desde que se fue y volvió hace apenas unos minutos.

—Quisiera que me dejaras estar veinticuatro horas en "el vacío" para poder visitarlos, si es posible..

—¿Veinticuatro horas? –Phoenix asintió– Y luego supongo que irás a la nueva vida, ¿No?

—Exacto.

CAMINÓ HACIA LA MADRIGUERA, con un aura deprimente que se hacía más fuerte a medida que se acercaba, diferente de la que acostumbraba a sentir

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CAMINÓ HACIA LA MADRIGUERA, con un aura deprimente que se hacía más fuerte a medida que se acercaba, diferente de la que acostumbraba a sentir.

Traspasó las paredes, entrando a la casa Weasley.

Miró con detalle cada rincón, notando las rosas blancas –de las cuales sobresalía una pintada de carmín– que antes no estaban allí.

Las rosas rojas eran sus favoritas.

Tomó aquella que se notaba que había sido pintada a mano, viéndola con detenimiento y sonrió enternecida mientras le quitaba las espinas.

Giró hacia un lado, dándose cuenta de aquella cabellera pelirroja que tanto recordaba, subiendo las escaleras.

Soltó la rosa, y se dispuso a seguir a el Weasley.

Poco después, Ginny apareció por la sala, encontrándose con aquella rosa tirada en el suelo.

Pareció extrañada de cómo llegó ahí, ya que era imposible que se callese del florero.

La agarró, extrañándose aún más al verla roja en vez de blanca y –a diferencia de las demás– sin espinas.

Y sus ojos se cristalizaban mientras recordaba como Phoenix tenía la costumbre de hacer lo mismo con cualquier rosa blanca que viera.

La Black por otro lado subió rápidamente las escaleras, siguiéndolo, hasta que inconscientemente gritó.

—¡Freddy!

El pelirrojo paró en seco y se giró sorprendido.

—¿Phoenix?

La pelinegra se acercó con lentitud, para luego rodearlo en fuerte abrazo, como si tuviese miedo de que no fuera real.

ᴘнᴏᴇɴɪx━нᴘ, ᴛw, ᴛᴏ, ᴛvᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora