Capitulo 22

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Después de que aquel coche se fuese no pude evitar llorar, pero esta vez con fuerza, sabía que sólo serían un par de meses, pero me sentía vacía sin esas personas en mi vida que me llenaban cada día con sonrisas y tonterías, sin duda a su lado habían sido los mejores días de mi vida, y por supuesto el mejor cumpleaños del mundo, siempre sacándome sonrisas en los peores momentos, cuando mi abuela no estaba, cuando estaba triste por cualquier razón, cada uno de ellos me aportaba algo maravilloso. Laura y Marta al ver que lloraba me abrazaron, Marta tenía los ojos rojos y un par de lágrimas escapaban por sus ojos, Marta siempre había sido fuerte y casi nunca la veía llorar.

-Dentro de poco volverán-Dijo Laura-

-Será mejor que me vaya a mi casa, me echarán de menos-Dije quitándome las lágrimas de los ojos y respirando hondo-

-Nos vemos mañana en el colegio-Dijo Marta dándome un abrazo-

-Hasta mañana-Dijo Laura y me dio otro abrazo-

-Adiós chicas, hasta mañana-Dije-

Me fui a mi casa evitando llorar, por mucho que llorase no iba a hacer nada, no servía de nada gastar lágrimas, no volverían hasta verano. Llegué a mi casa y no había nadie, en la cocina había una nota.

"Mary cielo, te quedarás sola un rato, tu padre y yo hemos ido comer con unos amigos, supongo que llegaremos sobre. Las 9 no más tarde. Un beso cariño. Mamá"

Y ahora estaba sola en mi casa, bueno, ellos que pueden que disfruten, subí a mi habitación, me miré al espejo y me di cuenta que llevaba una camiseta de Louis, estaba alegre por tener una parte de él a mi lado, todavía estaba su olor impregnado en aquella camiseta.

Toque los bolsillos de mis pantalones y me empecé a preocupar, miré en la bolsa donde traía la ropa de ayer y nada no encontraba nada, cogí el teléfono fijo de mi casa y marqué el número, nada no se escuchaba por ninguna parte. Mierda me lo había dejado en el hotel. Cogí las llaves de mi casa y salí corriendo me choqué con el hombro de varias personas que se quejaron pero me daba igual, necesitaba mi móvil, corrí y al fin llegue a la puerta del hotel, llegue asfixiada, no podía correr demasiado debido a un problema respiratorio que tenía, entré en recepción y había un chico más o menos un par de años mayor que yo, vestido con un traje negro y un pañuelo rojo en el bolsillo de la chaqueta. Me acerqué a él.

-Perdone, es que me he dejado en móvil en una habitación..-Dije con la voz un poco agitada-

-Ah sí, nos acaban de dar un móvil que había en una habitación, ¿es este? -Dijo el chico mostrándome mi móvil-

-¡Sí! Gracias al cielo, muchas gracias-

-No hay de que chica-Dijo aquel chico con un tono un poco gay-

-Muchas gracias, no se que haría sin mi móvil-

-Te entiendo, yo tampoco puedo estar sin mi móvil-Dijo aquel chico y rió, definitivamente era gay-

-¿Cuantos años tienes?-Dije-

-Tengo 19-

-¿Qué haces trabajando aquí tan jóven?-Dije-

-Mi padre, que quiere que me convierta en el futuro jefe y pues ahora me tiene aquí trabajando-

-Pero, ¿te gusta este trabajo?-Dije, este chico me caía muy bien, era bastante sociable-

-En realidad no, quiero ser fotógrafo, pero mi padre no quiere, en cuanto consiga dinero me pago el curso de fotografía-Dijo aquel chico-Bueno, te estoy hablando de mi vida y aún no se tu nombre-

-Me llamo Mary-Dije con una amplia sonrisa-

-Yo me llamo Alejandro, pero me puedes llamar Alex, encantado-Dijo tendiéndome su mano que yo acepte con una sonrisa-

¿Casualidad? No creo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora