||Capitulo Cinco||

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Editado

Gotas de color rojo recorrían su rostro mezclados con el sudor que brotaba de su frente, corría a toda prisa mientras recargaba el cartucho de balas a su pistola

estaba cansado, el dolor que sentía en su pierna izquierda incrementaba con cada paso que daba otorgándole una sensación de muerte, pero no se iba a detener 

hace aproximadamente dos semanas que había dejado a su familia, hace menos de una semana les había enviado una carta, hace menos de dos días estabas alegre al saber que su regreso a casa estaba a la vuelta de la esquina y hace menos de una hora estuvo apunto de morir

El rubio se escondió en una esquina de aquel callejón bajo la penumbra de la oscuridad, regulaba su respiración para poder mantener la calma, no quería morir sin antes ver la cara del chico que tanto amaba y su pequeña hija. No quería morir sin haber podido decirle unas palabras a cierto hombre de tez pálida 

te prometí volver, y sabes que nunca rompo una promesa

ese era el pensamiento del rubio. Tomo aire y lentamente para luego seguir corriendo pero esta vez volvió por donde había llegado, disparos iban y venían

entró al edificio donde suponía el que acabaría su misión, escalón por escalón, estaba agotado pero no se iba a rendir, el edificio estaba libre de guardias pues ya los había eliminado antes, corrió como si su vida dependiera de ello 

Frente a él una puerta donde se encontraba la razón de su misión, volvió a recargar el cartucho de la pistola para poder ingresar en dicha habitación, azoto la puerta con una patada, entró con el arma en alto siendo recibido por una habitación oscura que era sutilmente iluminada por la poca luz que entraba por una ventana

En esta se encontraba una mujer, cabello corto llegando sobre los hombros, ojos azules que daban incomodidad al verlos directamente,sonrisa tan inocente que te daba escalofríos y bajo los labios un lunar 

— Por fin llegas– Exagero la chica mientras se sentaba en el suelo, sabía que iba a morir

— déjate de juegos,  sabes lo que quiero –hablo el rubio mientras se acercaba a la mujer apuntando con el arma

— Dare la información cuando se me plazca – contesto la chica con una sonrisa zorruna 

— Mas te vale hablar, no estoy para juegos –

— Que quieres saber? – pregunto tratando de ocultar su miedo pues el rubio si intimidaba

— Quien los envió a México? – preguntó mientras acercaba el arma a la chica

— No puedes matarme – Exclamo arrogante la chica mientras se cruzaba de brazos, tenía un plan en mente

— Quien dice? – pregunto el rubio mientras quitaba el seguro del arma haciendo que la chica se asustara

— No quieres saber como esta tu pelinegro? –

Kazuki se paralizó, si esa mujer hablaba de Rei, todo está mal

— De que mierda hablas? – pregunto tratando de calmarse, la chica solo agrando su sonrisa

— Hablo del chico...suwa –

El rubio quedo estático, Rei estaba en peligro al igual que Miri

— Ni se te ocurra hacerle algo, ahora dime quien los envió a Mexico!! –al ver que la chica seguía sonriendo se acerco mas al punto de que el arma toco su frente — SI NO RESPONDES HARÉ QUE TU MALDITO CEREBRO QUEDE EN EL SUELO!! –

Volverá •{Kazurei }•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora