Pensaste que el odio reemplazaría el dolor de su traición. Pero el dolor nunca desaparece. Convierte a un hombre en un monstruo, por dentro y por fuera. Y ahora diambulas yendo tras la pista de un fantasma.
Créditos de la portada a @specialstaff.
Gwen y Alec viajan lejos de Runey para escapar de aquellos que quieren verlos muertos. Alec era alguien de recursos, medios suficientes para quedar fuera del ojo público en lo que John y Aiden se encargaban de aquel asunto. Y Gwen era su mayor prioridad ahora. El viaje tomaría alrededor de medio día, el lugar más seguro que Alec conocía era una casa de vacaciones frente a un enorme lago. Y todo era de su propiedad.
— ¿A dónde vamos exactamente? - Inquirió Gwen. — Una casa de seguridad que usaba IDK para alojar a sus VIPs. No la volvieron a usar desde que cambiaron de rubro y pasó a ser de uso ocasional. — ¿Crees que podrán manejarlo? - Dijo Gwen. — Eso espero. Confío en ellos, pero no me dibujaré una diana en la espalda mientras pueda evitarlo. Y tampoco te pondré en riesgo. - No es que pudieramos hacer mucho contra esos mercenarios.
Alec se tornó sobreprotector y más cauteloso desde aquel incidente. Heridas de esta naturaleza dejan cicatrices que no son visibles. Fuera lo que fuera aquello que Alec estuviera pensando, se lo reservaba para sí mismo. Incluso cuando se tratara de una experiencia compartida. Definitivamente no volvería a pasar por ello otra vez.
Alcanzamos un punto del trayecto en que la señal desapareció súbitamente. Significa que estábamos cerca
— Mi celular murió, no sabremos qué pasa en casa por un rato. - Señaló Gwen. — Descuida, tendremos internet satelital. Para no pasar el resto del trayecto en absoluto silencio, coloqué una memoria con música.
Pasó un tiempo hasta que finalmente llegamos al lugar. El lago quedaba en medio de unos picos montañosos helados. Un muro de por lo menos tres metros rodeaba la inmensa propiedad, reforzada con cámaras, un portón y varios agentes de IDK alrededor. Apenas llegamos, Alec se fue a dormir, estaba exhausto de haber conducido. Por otra parte Yo aún conservaba energía, por lo que llevé las maletas dentro de la casa, y aproveché para darme una ducha para luego irme a dormir en la habitación de al lado.
Al día siguiente, me despertó un agradable rayo de amanecer. Recordé que estábamos en habitaciones separadas, por lo que me dispuse a buscar a Alec por toda la casa, tan espaciosa que parecía un laberinto.
Luego de un rato merodeando, pude finamente encontrarlo, estaba reposado sobre una baranda que miraba al lago. El paisaje era hermoso, los rayos se dejaban ver en el cielo para formar un tono de azul remarcando un momento único. La tranquilidad del lago, y la belleza del ambiente me hacían entender el por qué Alec ama tanto este lugar.
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Caminé hacia Alec, parecía llevar tiempo despierto.
— ¡Ey! Por fin despertaste! - Dijo.— Debo parecer un desastre, perdona. — Te ves bien. Pensaba buscar temprano las maletas y descargarlas, pero veo que ya lo hiciste. — Ah, sí... — Pudiste haberme avisado. — Estabas tan cansado que no quise molestaste. Y todavía estaba despierta, por lo que quise darte una mano. — Y lo hiciste realmente. Hay café recién hecho, si quieres. — Gracias, Ali.
Me acerqué a la cafetera y serví un vaso. Volví con Alec a contemplar la vista. Y en el camino me cuestioné el por qué me trajo aquí. Entonces la conversación que tuve con Sofía antes de irme me golpeó.
— Vamos, Gwen, Alec y tú son buenos amigos, sólo quiere pasar tiempo contigo. - Afirmó Sofía. — Sí...pero... — ¡Pero nada, Gwen! Deberías dejar que haga su jugada, abrirte con él, no literalmente...todavía... Sabes a lo que me refiero. — Sí, pero no quiero que nuestra relación cambie, ¿y si no corresponde? ¿Si me mira diferente? — Nunca lo sabrás si no le das la oportunidad. Llevan una larga historia juntos. Debes tomar valor y decirle lo que sientes, o alguien más lo hará.
