-¿Igor?- Le pregunté bastante sorprendida, ya que era un señor que conocía desde que yo era pequeña, y jamás supe que tenía nietos.
-Si, Igor, es un chico muy guapo, alto, pelo castaño, ojos marrones fuertes... Seguro que lo has visto por aquí, y mas últimamente que ha venido a trabajar al pueblo.- Dijo aquel anciano con una sonrisa en la cara, estaba orgulloso del nieto que tenía.
-Hay muchos chicos altos, con el pelo castaño y ojos marrones fuertes por esta zona.- Me reí.
Él también río conmigo, pero me dijo que su nieto tenía algo que nadie más tenía en este pueblo, y era su gran inteligencia y su capacidad con los ordenadores (mi pueblo se ha quedado estancado en el año 400 antes de cristo y nadie sabe como narices encender un ordenador, los jóvenes van más a otra ciudad, donde hay más cosas que hacer, pero mis vacaciones me las paso recluida ahí).
Antes de que siguiera hablando entró Axel con la que supongo que es la nueva tía a la que se está follando y se sentaron al lado.
- Discúlpeme, pero necesito irme a hacer unos recados.- Le dije al amigo e mi abuelo.- Muchas gracias por la Fanta y por la charla, la necesitaba.- Le regalé una sonrisa, él me la devolvió y me fui.
Os preguntaréis a donde me fui, muy simple, a mi lugar seguro, el bosque, y también diréis que estoy loca, que como el bosque es un lugar seguro, pues es muy simple, no hay Axels a la vista, y además lo único peligroso que me puedo encontrar es un zorro y tiene él más miedo de mi que yo de él.
Cuando llegué al bosque me fui de cabeza a un lugar especial, un lugar donde mi yo de 6 años paseaba con su tío abuelo. Al llegar a aquel lugar sentí una calma y una nostalgia impresionante, en cuanto llegué a aquellas casas pequeñitas, a aquel campamento donde venía con mi tío Juan a pasar la tarde.
Entré a una cabaña, la misma donde mi tío me contaba esas historias, esa cabaña donde jugaba con él a las muñecas, esa cabaña donde le hacía peinados con el poco pelo que tenía, esa misma cabaña donde encontraron su cuerpo sin vida ya que decidió que su cáncer tenía que acabar con él ahí...
-Tío, porfavor vuelve, tú sabrías que hacer en esta situación, yo le quería muchísimo, no entiendo porque lo ha hecho, tío, te necesito.- Dije con lágrimas en los ojos.
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No se cuanto tiempo pasó, pero solo se que era de noche y que me quedé allí llorando hasta dormirme. Yo no llevaba ningún tipo de reloj, pero parecía muy tarde. Salí hacia fuera de la cabaña y pude observar una luz, era una luz de linterna, la cual se aproximaba cada vez más a mi, me asusté bastante a si que salí corriendo hasta que sentí como me golpeaba con algo en la cabeza y caí al suelo de culo.
La luz estaba cerca, pero no me dio tiempo a reaccionar cuando una voz que ya había escuchado antes habló.
-¿Sabes que esta es una zona restringida?- Dijo aquella voz.
-¿Igor? Hay dios que vergüenza...
-Andrea...- Dijo sorprendido- ¿Que haces por aquí?- Preguntó.
-Solo paseaba.- Le dije mientras me limpiaba las lágrimas.- ¿Y tú qué haces por aquí?
-Soy el guardia del campamento, ya sabes, trabajo de verano.- se rió.- Por casualidad sabes qué hora es?
-La verdad es que no.- reí.- me quedé dormida en aquella cabaña de ayá.- Señalé MI cabaña y él se rió.
-Vamos, te acompaño a casa Andrea.- Extendió su mano para que yo la cogiera.