𝗹𝗶𝗼𝗻.

⠀⠀( ☆ ) secretaria.

Por los pasillos de la no tan gran empresa de diseño RC's Desing Corp, un etéreo castaño oscuro de facciones suaves y sonrisa encantadora se encaminaba hasta su oficina para comenzar su horario laboral al igual que todos los demás en la empresa, saludando cortés a cada una de las personas que pasaban por el mismo lugar.

─Buenos días, señorita Morales ─saludó educado el hombre al momento de pasarle por un lado a una castaña que trabajaba como secretaria.

─B-buenos días director ─respondió nerviosa la fémina, quien se sonrojó por completo debido a la sonrisa que el contrario le dirigió.

A unos cuantos metros de distancia un azabache que caminaba tranquilo enarcó de forma pronunciada una de sus pobladas cejas al ver como la chica hacía un mal intento de pasar desapercibida mientras que mantenía su cabeza gacha y se iba a paso rápido.

Sin embargo, la mujer fue detenida por Iván a mitad del pasillo.

─Oh, Dios, ¡Señorita Morales! ─fingió asombro ─¿Por qué usa tanto rubor? Cualquiera diría que le gusta el director Carrera.

─Es que-...

─Si yo tuviera a alguien como el señor Carrera me sentiría muy celoso de que le ande mirando tanto.

En ese momento el rostro de la fémina se volvió aún más rojo mientras que balbuceaba cosas inentendibles las cuales finalmente la hicieron huir muy lejos del chico de intimidantes ojos color café.

Rodó los ojos con fastidio cuando la chica ya estaba lejos.

Todos se derretían ante el fabuloso y encantador director Carrera.

Él también, pero ese no era el punto.

Luego de unos cuantos pasos más el dichoso director se desvió de su camino, ingresando a una sala de conferencias de la empresa.

Iván, asegurándose de que no hubiese nadie que significara un peligro, se adentró poco después al mismo lugar.

─Joven Buhaje, no debería decirles esas cosas a nuestros empleados ─fueron las primeras palabras de Rodrigo, quein miraba su teléfono como si fuera lo más entretenido del mundo, en cuanto al pelinegro entró.

─Lo lamento señor Carrera, no volverá a pasar ─respondió Iván en el mismo tono formal.

─¿Te arrepientes? ─preguntó el mayor mientras guardaba el aparato en el bolsillo de su saco.

─En lo más mínimo señor.

Rodrigo se rió de inmediato ante la respuesta del menor.

E Iván sonrió ligeramente al escuchar tan dulce risa.

─Ven acá ─le pidió el mayor mientras abría sus brazos y envolvía al azabache entre ellos ─A veces colmas mi paciencia, ¿Sabés?

─Yo también te quiero mucho ─respondió el menor, quien escondía su rostro en la curvatura del cuello del castaño, ignorando las palabras de su novio.

Se mantuvieron abrazados por unos segundos más hasta que Iván decició cortar la cercanía y arreglar su traje.

─Señor Carrera, tiene una reunión en unos minutos.

─A veces detesto tu dualidad ─afirmó el mayor a la vez que dejaba un beso en la mejilla del azabache ─Nos vemos más tarde.

─Hasta más tarde ─se despidió Iván con la mano y una sonrisa, en simultáneo el castaño se disponía a irse.

─Por favor no seaas tan ácido con los demás.

─No prometo nada.

─Ese es mi chico ─afirmó Rodrigo sacándole una ligera risa a Iván mientras se iba.

Buhaje esperó un rato antes de salir de la sala de conferencias, cambiando su concepto suave y dulce por la seriedad necesaria para laborar.

Nadie debía ni podía saber que Iván Buhajeruk, señor indirectas ácidas, era una pequeña bolita de masa cuando estaba con su novio.