Iván y Rodrigo estaban celebrando su segundo aniversario de novios en un pequeño restaurante italiano a las afueras de la ciudad, de colores cálidos y una banda sonora en vivo además del delicioso olor de la pasta y la pizza que ambientaba el lugar. Ambos vestían casual, nada innecesariamente extravagante, disfrutando juntos de una pizza mediana y algo de refresco.
─Dios, por favor, no hables con la comida en la boca ─pidió Iván al ver como Rodrigo estaba completamente dispuesto a continuar hablando con la pizza aún en su cavidad bucal.
─Te amo ─pronunció Rodrigo como pudo, con la boca llena, haciendo que pequeños pedazos de alimento saltaran desde ella.
Iván hizo una mueca de asco.
─Por favor, detente.
Rodrigo rió suave para luego tragar la comida.
Por otro lado el azabache fue a tomar otro sorbo de su bebida, pero ya no quedaba más de esta, cosa que lo decepcionó.
Suspiró y se levantó.
─Voy por más bebida, ¿Quieres algo?
─Tu amor ─contestó sonriente el castaño.
─Eso sabes que lo tienes.
─Una Coca-Cola de dieta, entonces.
─Tus gustos en bebidas me hacen querer terminar esta relación.
Rodrigo se carcajeó, llamando la atención de otros comensales y contagiándole una pequeña risa al menor quien se fue tranquilo hasta la barra de órdenes para pedir otra bebida sin mucho apuro.
Al llegar, se dirigió hasta una alta castaña de piel ligeramente acanelada que aparentemente miraba algo -o alguien en específico- con anhelo y una sonrisa.
Iván, sin embargo, no le importó much eso.
─Hola, ¿Me darías una cola y una pepsi de dieta? Por favor ─pidió el azabache gentil, pero la chica parecía estar en otro mundo.
Ante la gran falta de educación y atención de la contraria enarcó una ceja.
─Hey... ─la llamó, chasqueando sus dedos frente a ella y haciendo que finalmente se enfocara en él.
─A-ah, buenos días señor, ¿En qué puedo ayudarle?
─Quiero una cola y una pepsi de dieta, por favor.
─A la orden.
La chica recibió el dinero correspondiente y buscó las bebidas, Iván por otro lado se giró para ver como su novio estaba aparentemente jugando con la pizza, probablemente haciendo figuritas con los ingredientes como de costumbre.
A veces pensaba que Rodrigo era un niño.
─Aquí está su orden.
Buhaje se volteó y agradeció a la fémina, tomando las bebidas ya dispuesto a irse, pero deteniéndose cuando la mujer lo llamó en un tono bajo.
─Disculpe, pero... ¿Podría darme el número de su amigo? Es que me pareció muy lindo ─solicitó la castaña con una boba sonrisa y un sonrojo que resaltaba sobre su acanelada piel.
─¿Qué amigo?
─E-el castaño que estaba comiendo con usted ─ilustró antes de disimuladamente señalar a quien se estaba refiriendo.
Iván tardó unos cuantos segundos en entender que con "amigo" se estaba refiriendo a Rodrigo.
─Ah, Rodrigo...
─Hasta su nombre es lindo ─suspiró la fémina, realmente encantada por la angelical apariencia del chico que bebía lo que restaba del hielo derretido en su bebida.
Iván asintió, inexpresivo, momentos después miró de nuevo a la castaña.
─No puedo darte su número ─afirmó sin expresión alguna a la vez que bebía un sorbo de su refresco.
─¿Por qué?
No sabíamos si eran ideas de la chica o de verdad pasó, pero el rostro del azabach se oscureció y sus ojos parecieron brillar de tal forma que la hicieron intentar dar un paso atrás cuando el más alto se acercó amenazante hasta donde la barra se lo permitía.
─Él tiene pareja, una muy celosa, debería decir. ¿Quieres discutir con alguien así? Yo, por mi bien, no lo haría.
La chica parpadeó asombrada ante el cambio de actitu del hombre frente a ella.
─E-es que...
─¿Cuántos años tienes? ¿Diecisiete? esas son las hormonas cariño ─le interrumpió de forma tajante y antipática. ─Fijate en alguien disponible, por favor.
─ Si hablas asi pareciera que tú fueras su pareja ─ murmuró la morena con notoria molestia mientras desviaba su mirada a cualquier otro lugar de la tienda.
─Es que lo soy.
La muchacha -ante la gran revelación- lo miró con sus ojos muy abiertos, su rostro tomando un gran color rojizo y su boca abriéndose y cerrándose con prisa al no poder formular palabras para expresar su arrepentimiento por su acción anterior.
─ No te preocupes, no me molesta que los demás aprecien lo guapo que es mi novio.
Dicho eso le dedicó una sonrisa torcida que más que amigable parecía de advertencia. Una de esas de "acércate y te dejo sin cabello, perra estúpida" por dar un ejemplo.
Luego de eso se giró sobre sus talones y regresó a la mesa donde estaba Carrera, aparentemente inocente sobre lo ocurrido.
─¿Por qué tardaste tanto? ─cuestionó el mayor en cuanto finalmente Iván se sentó, dejando las bebidas en la mesa y acomodando elegantemente su cabello con su mano izquierda.
─Inconvenientes ─respondió, sin ánimos de entrar en detalles.
Rodrigo rió ligero.
─Mira ─empezó Carre mientras volteaba la bandeja
de pizza para que Iván viera su creación, ─hice un corazón, para ti.El azabache sonrió enamorado al ver el corazoncito hecho de pepperoni y queso que habia hecho Rodrigo con esfuerzo en esos minutos que se tardó en regresar.
─Es muy bello, Rodrigo ─afirmó sincero, dedicándole una brillante sonrisa.
─Si te dejo comerlo dejarias de amenazar gente?
Iván negó con la cabeza.
─Existen cosas infinitas en este mundo, pero mi
paciencia no es una de ellas.Rodrigo carcajeó por la respuesta, haciendo que cualquier rastro de enojo en Iván se disipara de inmediato. Definitivamente amaba a su novio.
Ambos chocaron los vasos de plástico como un brindis de celebración pocos segundos después, cada uno tomando un sorbo de su bebida correspondiente. Solo que Iván se permitió mirar de reojo a la chica que al notar que su mirada caia sobre ella dejó caer todo lo que llevaba consigo.
Rió para sus adentros mientras regresaba a ver a su
novio, sintiéndose victorioso.Iván: 1
Chica del restaurante italiano: 0
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𝗹𝗶𝗼𝗻.
Fiksi Penggemar𝚁𝙾𝙳𝚁𝙸𝚅𝙰𝙽 ⋆ Donde Iván le tira indirectas ácidas a todos para que comprendan que Rodrigo es su novio. ⌗ adaptación. © 𝗺_𝗵𝘆𝘂𝗸𝗮.