Nuestra Cita

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¡Estoy nervioso!
Tanto que me he fijado que otra vez coloque mal los botones de la camisa, cómo no podía estarlo si era mi primera vez  teniendo una cita con Shaun.

Veo que ya se me ha hecho tarde, ella me estará esperando en el lugar donde acordamos vernos. Quiero darle una buena impresión y no quedar como un tonto ante ello, debo estar preparado para lo que sea.

Unos retoques a mi cabello y listo, voy en búsqueda de mi motocicleta pero me doy cuenta que cierta persona estaba esperando afuera de la mansión.

—¿Nero? ¿Qué haces aquí?

—Sabes porque estoy aquí, no te hagas el tonto.

Fue acertada su respuesta por ello no podía negarlo, cuando se enteró que su hermana y yo nos gustamos hubo algo en él que lo ha hecho actuar tan diferente conmigo.

—Es sobre tu hermana ¿no es así?

—Mira, puede que Shaun ya no sea una niña pequeña para que la ande cuidando todo el tiempo. Pero déjame decirte que lo único que te voy a pedir, no, más bien... voy a suplicar... es que la hagas feliz.

Me lleve una enorme sorpresa al escucharlo, pensaba que me amenazaría si le hacía daño a su hermana o me golpearía pero veo que Nero ha tomado la situación con calma.

—De acuerdo. Por eso no te preocupes.

Le dije, iba a encender mi moto pero él me detuvo nuevamente.

—Eres un buen tipo, se que mi hermanita estará en buenas manos... y muchas gracias por cuidar de ella todo este tiempo que estuve ausente, e incluso por defenderla de todo peligro que estuviera al acecho. ¡Suerte en la cita, Magnus!.

Ambos estrechamos nuestras manos, me alegra saber que no habrá ninguna clase de conflicto con Nero y que acepta mi relación con Shaun. El tiempo me estaba consumiendo así que encendí motores y me retiré del lugar.

Por suerte no había tanto tráfico así que me facilitó el recorrido que debía hacer y al cabo de quince minutos llegué a mi destino, una fuerte que estaba ubicada en el centro de la cuidad, aparque mi motocicleta y me senté en una de las bancas tratando de localizar a Shaun.

Mire a todas partes tratando de dar con ella pero sin ningún rastro, me resultó extraño ya que ella es una chica responsable y nunca llega tarde. Mis malos pensamientos se hicieron presentes en mi cabeza.

¿Será que no vendrá? ¿Le habrá pasado algo? O ¿Quizá se arrepintió y me dejó plantado? ¡No Magnus!, que Dios te jale de las mechas por pensar cosas negativas, pero aún así no puedo dejar de preocuparme por ella...

—¡Siento llegar tarde Magnus! Tuve un pequeño inconveniente con mi vestido y tuve que usar otro.

Levanté la vista, quedé embelesado al verla vestida de una forma tan hermosa. Traía consigo un vestido blanco que le llegaba hasta las rodillas, usaba un lindo sombrero e incluso se había maquillado... ¡Luce tan preciosa!

—Ho-Hola... te ves... muy hermosa.

Note un ligero rubor en sus mejillas.

—¿De verdad lo piensas?  — le asentí. —Crei que no iba a gustarte mi vestido, iba a traer uno más bonito pero accidentalmente se manchó con café y...

—¡A mi me gusta! — le respondo. —Pero me gusta mucho más la chica que los usa — sus ojitos brillaban.

—Magnus...

Ella me dió un fuerte abrazo, le correspondí cómo solía hacer.

—¿Ya te sientes mejor?

—Si, ¡muchas gracias!

—No es nada — le dije y cordialmente pedí su mano. —Si me permite linda damisela, ¿a dónde le gustaría ir? — ella sonrió.

—Que te parece... si vamos a tomarnos un café — propuso con esa sonrisa de siempre, tan bella e inocente.

—Me parece la idea. Por suerte conozco un lugar donde podemos ir.

—¡De acuerdo!

Tomados de las manos nos fuimos a una cafetería que estaba cerca de ahí, una vez dentro nos sentamos y pedimos nuestra orden. Nos pusimos a platicar sobre nuestra vida cotidiana, de nuestros pasatiempos y  gustos favoritos, vaya que coincidimos en muchas cosas.

Le miraba atentamente mientras hablaba, me tenía hipnotizado con sus ojos, su sonrisa, todo de ella me cautiva.

—Siberia es un lugar magnífico, espero algún día llevarte de paseo. Puede que el clima no sea el mejor pero te aseguro que te divertirás estando allá.

—Suena interesante, yo estaré encantada de ir contigo.

Terminamos de charlar, degustamos del rico café acompañados de unos pastelitos y nos retiramos del lugar, aún tomados de la mano caminábamos hasta llegar al parque donde mirábamos que había un bailable. Era un ambiente agradable, Shaun estaba encantada de ver a la gente disfrutar alegremente, me animé a llevarla a bailar pero recordé que era pésimo en ese aspecto.

—¿Quieres bailar? — ella me preguntó a lo que me sorprendí.

—Me gustaría pero... no sé bailar.

—No se te preocupes, yo te enseño.

Nos acercamos a la pista, la música se torno más lenta y romántica. Ella colocó mis manos sobre su cadera mientras colocaba las suyas sobre mi cuello. Me deje guiar por los pasos que ella hacía, nos moviamos al son de la canción.

—¡Lo ves! No es tan difícil después de todo.

—Eso estoy viendo.

Ella me sonrió, ¡Dios! ¡Amo cuando hace eso! Para mí sorpresa terminó por reposar su cabeza sobre mi hombro. Sin duda está es la mejor primera cita que he tenido en la vida.

—Magnus.

—Si... dime...

—¡Te quiero!

—Shaun... ¡Yo también te quiero!

Le dije, pasamos un lindo momento bailando y disfrutando juntos.

Ni siquiera nos dimos cuenta que el tiempo había pasado volando, era el momento de regresar. Cordialmente le propuse llevarla a su casa a lo que aceptó.

—Agarrate bien princesa.

—¿Princesa? — le miro, estaba sonrojada.

—Si, Andrómeda es una princesa. Por lo tanto eso te hace una princesa... Bueno... más bien, eres mi princesa — sonreí.

—Magnus, tu siempre eres así de dulce con la gente — me dijo.

—No, solamente contigo Shaun.

Mi respuesta la dejó muy feliz. Hicimos un breve recorrido, hasta que finalmente llegamos a su casa sanos y salvos. Llegó el momento más triste de la noche, debíamos separarnos pero mañana será otro día para pasarla juntos nuevamente.

—Muchas gracias por todo Magnus. Me la he pasado de maravilla contigo.

—No tienes que agradecerme Shaun, me alegra saber que la has pasado bien a mi lado.

—Claro que sí, me siento feliz de tener a alguien como tú Magnus.

Mis manos acariciando su rostro, ella cerró los ojos dejándose llevar. Lentamente me iba a acercando y le termine dando un beso en los labios, ella se sorprendió pero al final correspondió. Nos separamos ante la falta de aire y nos pusimos a reír.

—T-te veré mañana — dijo.

—Yo también, bueno... creo que ya es hora de irme jeje.

—Si...

Me coloque el casco y prendí la motocicleta.  Me despedí de ella lanzadole un beso, ella de igual forma se despidió e ingreso a su casa.

Estaba tan feliz, no hallaba palabras para expresar todo este cúmulo de sentimientos que en mi albergaban. Es que Shaun es tan dulce, tan tierna... y tan...  ¡¡DIOS MIO!!

MagShaun Fanfics (Libro 1) (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora