Es febrero. Específicamente 14 de febrero y Hoseok tiene muchas cosas dando vueltas en su cabeza.
Hay un sí y un no. El problema es que no sabe qué elegir, aunque sea fácil. Todos han elegido la segunda opción pero él se encuentra entre ambas, ni muy alejado de la primera, sin embargo, tampoco está muy cerca de la segunda.
—No se la des.
—¿Por qué?
Yoongi se burla. Niega con su cabeza a la par de Namjoon y se limita a esperar a que su novio sea quien hable porque está seguro que si es él el que habla dirá las cosas de manera un poco tosca.
—Él es grosero contigo, ¿eso no es suficiente para ti?
El segundo mayor ríe avergonzado, así que la pareja decide que han tenido suficiente del tonto de su amigo por hoy, se despiden sin una pizca de esperanza de que Hoseok desista de su boba idea de otorgar es carta con las cosas más cursis que alguna vez leyeron. El que ahora se encuentra sólo se dedica a pensar y nada más que pensar en todo lo que le resta de receso.
Han pasado tal vez ya unos veinte minutos en los que el nudo de pensamientos no se va sin llegar todavía a un acuerdo con su corazón y mente.
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—¿Se la vas a dar?
Ve a Math, un amigo con el que habla de vez en cuando y quien hizo la pregunta, sonriéndole apenas. Hoseok se encoge de hombros murmurando un "no lo sé" pero sabe que es demasiado tarde para pensar más; la hora de ir a casa ya ha llegado y la carta aún está en sus manos.
Mira el papel ya algo arrugado, bajo la atenta mirada de aquel alto muchacho, desviando la vista hacia ese pelinegro recargado en un árbol, suspira pensado en lo tonto que se verá, de nuevo, por no parar.
—¿Entonces? —vuelve a hablar Math.
Hoseok asiente con pena.
—Solo que... ¿podrías hacerme el favor de llamarlo tú? —pide casi en un susurro.
—Claro —obtiene como respuesta y pronto ve la espalda del chico—¡Jimin, ven por favor!
Oh bueno, Hoseok pudo haber hecho eso también. Aún así agradece a Math y lo despide cuando ve a Jimin venir en su dirección.
Sus manos han comenzado a sudar y de repente hace mucho calor, sus piernas se sienten como hilos, el color de sus mejillas ahora es rojo y Hoseok no puede explicar qué es eso en su pecho. Él se ve tan guapo y fino y no cree que sea real.
—¿Cómo estás? —es lo primero que el menor dice.
El castaño está ciertamente sorprendido pues, en primera Jimin ha preguntado cómo está y, en segunda, le está sonriendo tan tranquilo como si Hoseok y él fuesen amigos, como si no fuera fastidioso. Es por eso que nuevamente el corazón del mayor parece con ganas de estallar.
—Bien, gracias. ¿Y tú, has estado bien?
—Sip, aunque el entrenador está siendo muy fastidioso últimamente —Jimin dice y, debido a que lel viento ha despeinado sus hebras oscuras, echa hacia atrás su cabello—. ¿Recibiste muchos regalos hoy? Sé que eres un chico popular, los chicos lindos lo son.
—¿Me llamaste lindo?
Jimin ríe, su cabeza se mueve hacia atrás cuando la carcajada le gana y cubre su boca con su pequeña mano.
—Supongo que eso hice.
Entonces el aire en los pulmones de Hoseok parece ser muy poco porque siente como la presión se le baja y de pronto la siente muy alta, pero también siente esa boba sonrisa en su rostro o ese calor en la boca de su estómago. Tal vez está un poco perdido por Jimin.
—También eres muy lindo, gracias —admite—. Yo... quería darte una pequeña cosita, ¡por favor, no la leas aquí!
Extiende sus manos con la carta y la delicadeza con la que es tomada ya no le sorprende por hoy; el menor está particularmente amable ese día, obviamente no es molestia.
—Gracias, hyung.
—
Jimin
Cuando te conocí pensé que alucinaba, no era posible que alguien tan increíble pudiera estar aquí, compartiendo conmigo el conflicto y caos del diario pensamiento. En metáforas me sumergí porque no lo entendía, nada más que tú rondaba en mi corazón.
Ni siquiera puedo decir que en mi mente; solamente llegaste y te adueñaste de mi corazón.
Tal vez no puedo ver la luna en ti pero, ¿podemos hablar de las medias lunas que aparecen en tus ojos cuando sonríes? Podría pasar horas haciéndolo. Esas son suficientes para alumbrar mis noches.
Quisiera poder probar tus labios pomposos para poder reconocer si su sabor es a bombón o fresas.
Quizás no encuentres el sol en mí, pero prometo dejarte verlo si me das la oportunidad de mostrarte.
Déjame hacer un corazón de retazos perdidos, déjame hacer contrastar la tela más fina con una más gruesa o la brillosa con una opaca. Y probablemente no exista un patrón en él, sin embargo, ese será el contraste entre tú y yo.
¿Hay alguna fibra de ti que llore por mí?
¿Hay alguna fibra en ti que me acepte?
Por favor, luna, acepta al sol...
¿por qué creen que Jimin está siendo amable con él?
