Rachel le decía sobre el embarazo a Christopher. Parte 1

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*Situación basada en el capítulo 75 de Lujuria de Eva Muñoz*

Rachel

Saco los dedos cuando el móvil me timbra en la chaqueta, los ojos de Christopher viajan a mi punto y cierro la puerta rápido apresurándome a mi alcoba, la herida me resta velocidad y en cuestión de segundos estoy aprisionada contra la pared del pasillo.

Preparo los oídos para los gritos, regaños y reclamos, pero no pasa. Esta más que ebrio y lo único que hace es buscar mi mano, me opongo y ejerce fuerza llevándose mis dedos a la boca saboreando la humedad que toque hace poco, nuestros ojos se encuentran y mi corazón abre el vacío que conlleva echarlo de menos.

—Apártate — trato de escabullirme y clava la mano en la pared — No empieces, Christopher...

Alza la mano dispuesto a tocarme la cara, pero deja el intento a medias cuando me niego a mirarlo.

—Mírame y escúchame o me ahogare...— se tambalea — Detesto vivir así...Yo...

—Que te apartes —lo empujo y me toma la muñeca llevándome contra su pecho.

Sus brazos me envuelven mientras su aliento me toca la nariz.

—Duerme conmigo...

—Suéltame...

Siento algo que oprime mi garganta, palabras que no deben salir de mi boca, noticas que no deben ser comunicadas, ilusiones no deben ser pensadas, inseguridades que destrozan, miedos que matan y un amor toxico que no quiere desaparecer ni ser olvidado. Por primera vez en mi vida debo ponerme el filtro que conecta mi boca con mi cerebro para no decir lo que sé que nos condenara para siempre.

Tengo que romper lazos de una vez por todas o seguiré tropezando con la misma piedra, piedra que es perjudicial para mi porque entre más paso tiempo con el más lo extraño, piedra que pensé que no me dirigiría la palabra otra vez después de lo Nate, pero aquí esta...

Destrozado, roto, desesperado y vulnerable.

Si algo odio en esta vida es verlo de esta manera, muchas estarían felices de tener este efecto sobre él, pero yo no. Cuando volví del exilio tengo que admitir que mi meta era destrozarlo como él había hecho conmigo, pero la realidad es diferente. Me duele, me duele verlo así, no me gusta lastimarlo y la pregunta llega a mi mente como un rayo ¿Cómo hizo el para destrozarme tantas veces y no sentirse mal?

Me estrecha contra el poniéndome a inhalar el olor a loción.

—¡No me gusta que me tomes así! —miento volviéndolo a empujar —Compórtate como un ser humano y no como un puto animal...

—¿Y qué es lo que te asusta? — toma mi mentón con fiereza —¿Qué la furia que me cargo arrase con los dos? Si es eso estate tranquila que está acabando solo conmigo y ya estoy anhelando que me mate porque no quiero seguir viviendo el calvario al que me condenaste.

Se aferra a mi brazo.

—¡Sabia que me ibas a disparar y sin embargo cerré los ojos recibiendo el impacto de la bala!

—Christopher —Alex aparece en el pasillo y su hijo no me suelta —Vete a tu alcoba y déjala en paz.

Siento que si no digo lo que tengo atorado me va a ahogar. Abro la boca para sacar este secreto que me está destrozando por dentro, pero mi mente trae el recuerdo de la amenaza de la mafia que me hace cerrar fuertemente los labios.

"Muerte a los Morgan, a sus hijos y a los hijos de los hijos"

—Vamos —intenta llevarme— Llevo noches sin dormir, así que vamos a dormir juntos...

¿QUE HUBIERA PASADO SI...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora