Christopher se declaraba antes a Rachel. Parte única

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*Situación basada en el capitulo 73 de Lascivia de Eva Muñoz*

Christopher Morgan

—¡Eres una engatusadora! ¿Qué planeas? Volver con él y por debajo hacerte la victima y decirme que me amas.

—¡Cállate! —me encara— Ni siquiera estás analizando las porquerías sueltas, como tampoco sabes como son las cosas.

—¡Si, sé cómo son! Te la dabas de digna diciendo que lastimabas a Bratt sabiendo que era mentira, en el fondo solo querías tenernos a los dos ¡Falsa!

Me voltea la cara de un bofetón.

—No te tolero un insulto más! No eres quien para decirme que soy y que no —retrocede— Si, le falle a mi ex novio y actúe de mala manera, pero ¿qué? Soy un ser humano y cometo errores.

Tiemblo, por primera vez no sé qué me está pasando.

—No tienes derecho a tildarme de zorra o creer que ando saltando de cama en cama. No miento cuando digo que quiero a Bratt, fue alguien importante en mi vida.

—¿Y yo qué? —tengo miedo de la respuesta.

—Lo que siento por ti, es muy diferente a lo que siento por él.

—No te creo, anoche...

—Anoche no pasó nada.

Se me estabiliza el pulso por un momento.

—Sé lo que valgo, soy y tengo, por eso afrontaré mis errores. Actuare de manera sensata y presentare mi renuncia en cuanto volvamos de México. Es mi última misión con usted coronel.

Todo lo que quiero expresar se me atasca en un solo lugar. Me mira en espera de una respuesta, pero no soy capaz de hablar, niega con la cabeza y se dirige a la puerta, pero se detiene con la mano en el pomo de la puerta como si estuviera debatiendo algo.

Le doy la espalda pasándome las manos por el rostro, no se que me pasa con esta mujer. Nunca había sentido celos, nunca había querido a una mujer exclusiva para mí, nunca había hecho todas las cosas que hice con ella. Lo peor es que no me arrepiento de nada.

Escucho sus pasos acercándose a mi y me volteo para mandarla a la mierda, pero se me adelanta.

—¡Quieres verdades, bueno aquí están tus verdades! —espeta furiosa, nunca la había visto así.

—Rachel, lárgate

—¡No, me tildas a mí de mentirosa, pero el mentiroso eres tú! Dices que no te importo, pero me reclamas y haces una escena de celos. Dices que solo es sexo, pero me llevas a ver el lago de los cisnes, me defiendes, no me dejaste sola cuando paso lo de Bratt, damos paseo en avión.

—Suficiente —si sigue hablando las cosas van a terminar mal.

—Muy valiente para insultarme a mí, pero cuando te dicen las verdades a la cara lo que haces es mandar a la mierda a esa persona. ¡Así que hazlo! —brama furiosa.

Por primera vez me siento entre la espada y la pared. La confusión que siento cuando se trata de ella quiere que diga palabras que no diría ni siquiera si mi vida dependiera de ello.

—Me tildas de zorra, pero eres tu quien se ha follado a casi todas la mujeres del comando, eres tu el mujeriego, eres tu quien se folla a cualquier mujer que te apetezca. No me compares contigo porque tu y yo somos muy diferentes.

—No es de tu incumbencia a qui...—la interrumpo, la garganta me pica por decir esas malditas palabras.

—¡¿Entonces por qué me reclamas tu sobre mi vida sexual? —me encara dando un paso adelante —Te lo digo yo ya que eres un imbécil que no conecta neuronas. ¡Estas en una negación!

—No estoy en...

—¡Cállate! —esta tan alterada que parece que le va a dar un ataque en cualquier momento — Lo estas, te importo y no lo quieres aceptar, si no es así explícame ¿Por qué los ataques de celos? ¿Por qué haces conmigo lo que no haces con otras? ¿Qué significaba lo que me dijiste en la fiesta de Bratt? —su voz va disminuyendo y veo las lagrimas que se forman en sus ojos — ¿Qué era lo que me ibas a decir cuando te visite en el hospital?

No sé qué responder porque ni yo mismo me entiendo, desde que llego ebria a mi edificio todo cambio, empezó a surgir algo que no era solo apego sexual, se intensifico después de nuestro encuentro en la fiesta de Bratt y exploto cuando su te amo me hizo sentir grande.

Cada vez que intentaba alejarme de ella, algo dentro mi la anhelaba. Algo me hacia buscarla con la mirada, algo hacia que quisiera descubrir más de la verdadera Rachel, que ella no deja salir por lo que dirán los demás.

Y ese algo quiere salir de mi en este mismo momento.

—Eres un cobarde, Christopher Morgan —me mira directo a los ojos con el cielo que se carga en los suyos —Tienes miedo de amar a alguien y que luego te lastime. El cobarde eres tú, no yo. El falso eres tú, no yo. El que reprime eres tú, no yo.

Golpes y golpes que solo rompen la coraza que forme hace años, misma coroza que me protege de las personas.

—Esa es verdad que tanto le cuesta ver, coronel —toma una bocanada de aire dirigiéndose a la puerta.

Algo dentro de mí, grita, me grita que no la deje ir, que si lo hago me la van a quitar y por eso hago algo que de seguro me arrepentiré en el futuro.

La tomo de los hombros estampándola contra pared y apoyo mi frente contra la suya. No sabiendo lidiar con todos estos sentimientos de mierda que surgen solo con ella.

Cierro los ojos intentando lidiar con esta situación que me tiene cansado y confuso, pero lo único que hago es ahogarme más en lo que ella provoca en mí.

—Te amo.

La pablaras que nunca había dicho a nadie salen de mi boca. Siento como todo su cuerpo se tensa, su respiración se atasca y rodea sus manos en mis muñecas para no caer al suelo cuando sus rodillas fallan.

—¿Que dijiste? —dice ella con un hilo de voz.

—Lo que escuchaste. No soy el príncipe de cuento de hadas, no te voy a predicar amor eterno con palabras, ni escribir ridículas cartas. Te lo voy expresar con acciones porque de otra forma no se como hacerlo. Mis sentimientos no son un privilegio son una maldición, ya caíste en ellos y ahora no puedes alegarte de mí porque sencillamente no te voy a dejar ir. No renunciaras y no huiras.

Abro los ojos después de decir todo este vomito verbal y veo su cara de sorpresa por mis declaraciones.

Estaba y estoy enamorado, no pensé que me iba a enamorar de la novia de mi mejor amigo. Realmente trate de mantenerla al margen de todas las maneras posibles, pero ella no colabora y ahora se condenó a esto porque no voy dejar que se vaya.

Ella intenta decir algo, pero la interrumpo pegando mis labios con los suyos, en un beso como solo nosotros sabemos, fuerte, salvaje y posesivo. Con este beso le dejo claro, todo lo que siento desde hace mucho tiempo.

Alex suele decir que los Morgan solo se enamoran una vez, siempre creí que era la mayor estupidez del mundo y más viniendo de él, pero ahora me doy cuenta que el maldito tuvo razón.

No sé qué nos espera el futuro, pero todo cambiara después de hoy y más le vale al mundo a acostumbrarse a que este conmigo porque de mi no se aleja.

—Dilo, Rachel James.

—Te amo, Christopher Morgan— me dice con una sonrisa gigante y volvemos a fundir nuestros labios en el infierno que somos juntos.

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Notas de autora
No se que rayos escribí, pero me salió del corazón.

Se que es muy raro, pero me gusto y se me hizo extraño de maneras iguales.

Soñar no cuesta nada, pero  me hubiera encantado que Christopher bajara su orgullo en situaciones que no sea de vida o muerte (mediterráneo y recaída)

Déjenme sus opiniones aquí, para leerlas.

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2023 ⏰

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