Hogar

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Lan WangJi abrió los ojos. Al hacerlo enfrentó un paisaje desconocido para ella, por lo que empezó a entrar en pánico.

La sensación de agua caliente bajo sus patas la alteró. La mujer, que la había sustraído, luchó para colocarla dentro de una palangana con agua caliente.

"Aiya, no te muevas, no te haré daño" le susurró.

Aún así, Lan Zhan trató de escapar por un tiempo, ya que detestaba la sensación de ser contenida.

Cuando su fuerza menguó y el agotamiento obró en ella, permitió ser manejada como una muñeca sin vida.

La bruja oscura untó jabón con olor a hierbas y limpió la mugre de su pelaje; al igual que el lodo acumulado en sus patas a raíz de la inundación. Más tarde le envolvió en una toalla y le recostó cerca de la hoguera encendida.

Lan WangJi que había experimentado grandes tempestades en las últimas semanas se encontró inquieta y temerosa de todo a su alrededor. Incluso una pequeña caricia le hizo encogerse de miedo ante alguna amenaza de golpe.

No conocía a esa mujer, y si bien su primer instinto saltó alertando que huyera, otra parte de ella, exhausta por el tiempo fuera de su hogar y hambrienta por la falta de comida, le pidió que se quedase hasta recuperar energías.

La bruja facilitó aún más las cosas, ya que habiendo cambiado su traje mojado, reapareció con prendas abrigradoras y un par de calcetas largas de color rojo para mantener el calor. Se dejó caer en una mecedora de madera vieja junto a la chimenea y tomó a Lan Zhan, cubriendola con una manta y susurró palabras de consuelo con una voz queda.

"Debiste tener miedo ahí afuera" Dijo sin esperar respuesta.

De hecho, Lan Zhan había temido a la muerte en múltiples ocasiones a lo largo de su odisea.

"Es una suerte que te haya encontrado" La mujer le acarició el lomo y por detrás de las orejas. Lan WangJi fue incapaz de contener un ronroneo. Lo que le irritó.

La mujer rió y le abrazó con fuerza ante la diversión "¿Qué hacías ahí amiguita? ¿Te has perdido o acaso te abandonaron también?"

El comentario no pasó desapercibido para Lan WangJi, recordando las palabras de las brujas de más temprano, quienes se burlaron de la bruja por haber perdido su escoba.

Para las brujas, la escoba era una herramienta mágica importante e indispensable. Eran especiales, ya que algunos magos depositaban parte de su energía en el núcleo que les daba vida; ayudaban en la construcción de la misma y las nombraban. Se decía que en el interior habitaba un espíritu que establecía un vínculo. Por ello, perder una escoba fue casi tan desgarrador como perder un contrato mágico. Aunque nunca comparable con perder a un familiar.

"¿Quién podría abandonar a una gatita tan linda como tu?" preguntó la mujer.

Lan WangJi que luchaba contra párpados pesados, dio un último vistazo a la bruja. Ya que no lo había hecho con antelación.

Frente a ella una dama joven de inigualable belleza. De ojos gris plata como la luna y labios rosados como el melocotón.

Antes de poder hacer nada, Lan Zhan se quedó dormida.


***


Cuando su consciencia regresó, se percató de que estaba en el interior de una cabaña de campo. Había pasado ahí toda la noche y no se levantó pese a que la luz exterior evidenciaba que el sol había salido varias horas atrás.

Bruja oscura de YilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora