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La música retumbando en los oídos del chico, era lo mejor. Había sonidos entre mezclados de rock y metal, incluso de alguna que otra canción electrónica. Él amaba el sonido retumbando en sus oídos hasta casi quedar sordo y odiaba a cualquiera que le interrumpiera ese momento tirado en el suelo.

A excepción de su prima Clara, ella podía molestarlo siempre que quisiera.

—¡Vamos, Noah! —dijo Clara golpeando a su primo con una almohada—. Vamos al parque, quiero que conozcas a Eduardo.

El chico de cabellos negros y ojos cafés miró molesto a la chica de su edad, en especial porque apenas lo golpeó sus audífonos se salieron de sus orejas, cosa que le molestó.

—¡Ay, primita! No solo porque estés viviendo en mi casita de foránea con mis papás significa que te tengo que cuidar. Ya estás grande.

Habló el muchacho quien se volvió a poner los audífonos en los oídos. Su prima, sabía que no aceptaría hasta que lo llegara a desesperar lo suficiente. Por eso, está vez se lanzó a él para abrazarlo fuerte, mientras le quitó un audífono y le grito al oído.

—¡Noah, déjame presentarte a mi novio!

—¡Ahg! ¿Para qué? De todas formas lo vas a traer a comer para que mi mamá lo conozca y te deje salir con él.

—Sí, pero mientras, no me deja mi tía, entonces vamos. Además quiero que lo conozcas, también veré después de mucho tiempo a mi amiga de la carrera, anda.

Noah la miró con labios de pato mientras la niña le hacía ojitos dulces para que aceptara. Al final el chico de cabellos negros giró los ojos y se levantó desesperado del suelo. Clara sabía lo que significaba esa expresión, su primo había aceptado, por lo que la chica del cabello azul empezó a saltar feliz.

—¡Bueno! —gritó Noah estirandose—, pero me llevo mi guitarra. ¿De acuerdo?

Clara aceptó feliz, después salió corriendo de la habitación. Noah no pudo evitar reír, su prima era como la hermana que nunca tuvo. Se había ido a vivir con su primo y su tía ya que en la ciudad donde vivían estaba haciendo sus prácticas profesionales de enseñanza preescolar. Pero eso era como un alivio para ambos, porque a pesar de la distancia siempre podían hacer de todo juntos.

Noah Se sacó la camisa que tenía puesta ya que era de pijama y se puso una negra pegada al cuerpo, encima una camisa roja de cuadros la cual usó abierta. Cepilló sus cabellos negros y algo largos, para al final ponerse todas sus pulseras negras con picos o con el nombre de alguna banda de rock que le gustaba.

Una vez listo tomó su guitarra con todo y estuche, la cargó en su espalda. Así bajó hasta llegar con su prima de cabellos cortos para luego ambos salir con los brazos del uno al otro entre cruzados.

Lejos de aquel lugar, Anaid, la mejor amiga de Clara tenía un desastre su ropa. No sabía qué ponerse, en especial porque toda su ropa estaba hecha un desastre. Al igual que su mejor amiga, había llegado a la ciudad; una ciudad en la que vivió hace muchos años atrás, pero que de pequeña se fue, sin embargo, seis años después tuvo que regresar para terminar sus prácticas profesionales, así como la posible oportunidad de tener una plaza en un centro escolar.

Después de horas buscando su ropa  por fin eligió algo adecuado y cómodo: un mayón negro con una blusa de tirantes blancas y encima una camisa de cuadros roja, la cual usaría abierta.

Una vez lista tomó sus cosas, cerró bien la casa, para después tomar su bicicleta camino al parque. Un parque en el cual se encontraría con Clara, quien, ya había llegado con su primo. Sin embargo, como aún no llegaba ninguno, Noah dejó a su prima esperando con su guitarra mientras este daba una vuelta por el parque.

Me vuelvo a enamorar/ ONCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora