1. Baile en la biblioteca

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«...Era muy tarde y ya no había nadie en el instituto. Nosotros nos habíamos quedado hasta tarde estudiando, porque teníamos un examen de historia al día siguiente y había tan pocos libros, que no nos podíamos dar el lujo de tomarlos prestados y llevarlos a casa.

Mi excusa fue que, necesitaba de su ayuda, porque era mi amigo y el cerebrito del salón.

Entonces, ahí estábamos. Sólo los dos, en el segundo piso de la biblioteca, en una de las mesas más alejadas. Con un libro viejo de historia y yo, con un plan, que mi hermano Off me ayudó a trazar.

(Ji ji ji)

Después de unos minutos de estudio, tomé mi teléfono celular y puse el reproductor. Tenía una canción preparada para ese momento.

Me moría de nervios, pero era mi única oportunidad, así que... tomé el libro y lo cerré, quizás con demasiada fuerza por los temblores de mis manos.

Fue divertido verlo con cara de no entender nada. La frente arrugada y sus ojos entrecerrados. Giré su silla para que quedara de frente a mí y de espaldas a la mesa donde estábamos leyendo.

Dejé que la canción comenzara a sonar y bailé para él.

Hubiera querido tener una cámara en ese momento y haberle tomado una fotografía. Se puso rojo como un tomate y parecía un pez fuera del agua, abriendo y cerrando la boca, apenas.

Jajajaja se veía adorable.

Hice un baile que a mí me parecía sensual. Balanceando las caderas de un lado al otro, al ritmo de la música y meneando mis brazos en movimientos graciosos sobre mi cuerpo, que en ese momento me parecían muy seductores. Un par de giros al compás de la melodía y una inclinación hacia él.

La melodía era sugerente y sensual, pero elegí esa canción por el ritmo.

Sabía que a él le gustaba verme bailar en mis prácticas, pero nunca decía nada. Era muy tímido y demasiado respetuoso. Nunca hizo algún movimiento conmigo y si él no lo hacía, tendría que hacerlo yo.

Me gustaba desde que nos conocimos, pero la amistad de algún modo se interponía. Sin embargo, mi hermano me convenció de dar el primer paso y que mejor manera, que haciendo lo que más me gusta y lo que mejor se me da... Bailar.

Era atrevido, lo sé. Pero ahí estaba yo, moviéndome al ritmo de la canción y acercándome de manera sutil a él.

La luz era tenue por el lugar y la hora, pero pude ver su linda piel blanca tornarse roja por la timidez y restregar sus manos en su pantalón en un gesto nervioso.

Ni siquiera pudo decir nada. Sólo se me quedó viendo por el tiempo que duró la canción.

Terminé sudado y sonrojado.

Yo también estaba nervioso, muuuuy nervioso.

Era la primera vez que hacía algo como eso por alguien que me gustaba.

Practiqué durante una semana todos mis movimientos. Gun me ayudó a armar la coreografía y cuando al fin me sentí preparado, solo esperé el momento y la excusa perfecta.

Cuando la canción terminó, me acerqué a él... muy, muy cerca y le dije: "me gustas. Me gustas mucho" y le di un besito en la mejilla.»

(Uuuuhhh)

—¿Y qué pasó?

—¿Le gustó? ¿Lo conquistaste?

—¿Qué pregunta es esa, muchachito? Claro que le gustó y obviamente lo conquisté. O más bien, él me conquistó a mí, desde la primera vez que lo vi. Yo sólo hice las cosas un poco más interesantes y le di un pequeño empujón.

New, se giró con una sonrisa soñadora hacia el pequeño de cinco años a su derecha en la cama y le dio un beso en la mejilla.

—Hablas de papá, ¿verdad? —preguntó el otro pequeño que descansaba a su izquierda— Hiciste ese baile para papá.

—Sí, Pluem. Hice ese baile para tu papá —respondió tiernamente.

—¿Volverás a bailar para él cuando regrese a casa? Debes hacerlo papi. Así le demostraras que te gusta. Como esa vez.

El niño a su derecha tenía un brillo emocionado en sus ojos, al escuchar la anécdota de su papi, conquistando a papá cuando eran adolescentes.

—Quizás lo haga Frank. Pero ahora no será un baile en la biblioteca, será uno aquí en casa y ustedes pueden ser mis acompañantes —picó la nariz del pequeño con la punta de su dedo en un gesto dulce y acarició el cabello del otro a su otro costado, sobre la cama— Podríamos bailar baby shark e invitar a los tíos Off y Gun a unirse a nuestro grupo ¿Qué les parece?

—¡Sí! —gritaron los dos pequeños niños con alegría.

—Ahora a dormir mis bebés. Que mañana tienen clase muy temprano y deben estar despiertos y desayunados a las seis.

Los niños se acomodaron en la gran cama, a cada lado de su papi, una vez la luz estuvo apagada. En la oscuridad, Pluem habló, casi a punto de quedarse dormido:

—Papi New.

—Mmmmm.

—¿Cuándo volverá papá Tay?

—No lo sé mi amor —respondió, mientras soltaba un suspiro, escuchando también a su otro hijo preguntar:

—¿Por qué no puede estar aquí con nosotros? Lo extrañamos mucho.

—Las cosas han sido difíciles en todos lados, en estos tiempos cariño. Esa enfermedad por la que ustedes dejaron de ir a la escuela y tienen que ver a su maestra por la computadora, es la misma por la que su papá está atrapado en Japón —explicó, con las palabras más simples que encontró— él estaba trabajando cuando todo se volvió un caos. Ahora debemos esperar hasta que pueda viajar de nuevo y estar en casa con nosotros.

Ambos niños se acurrucaron contra su papi, en la oscuridad. Un poco decaídos. Entonces New habló una última vez.

—Mañana, después de sus clases, vamos a practicar ese baile y se lo mostraremos a su papá en una video llamada ¿de acuerdo? Ahora a dormir.

—Buenas noches papi New —tararearon al unísono.

—Buenas noches mis bebés —dijo en voz baja.

"Buenas noches Tay", susurró para él mismo en la oscuridad.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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