Krypton ha sido condenado por una larga guerra que les ha sido imposible ganar. Con el destino de su civilización sellado, su única esperanza es escapar de su mundo natal, con la vergüenza de haber sido derrotados. Y uno de aquellos fieros soldados...
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Metrópolis era una ciudad magnifica. Su infraestructura era de las mejores en el mundo, y sus altos rascacielos parecían con la intención de tocar los cielos. Con el Sol brillando en lo alto, la ciudad del mañana no tenía idea de lo que le deparaba. Y en el centro de la ciudad se alzaba un gran edificio blanco, muy similar al Taj Mahal de la India. Y dentro de aquel edificio, un hombre elegante y de gran porte se encontraba sentado en la mesa oval. Y mirando fijo a las cámaras que lo enfocaban, aquel varón carente de un ojo habló.
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—Buen día, mi queridos conciudadanos confederados. Como todos sabrán, hoy es un día para festejar. Hace 138 años, la guerra civil que dividió a nuestro país terminaba con la victoria de la Confederación. Luchamos para mantener los derechos de todo hombre ario de tener como esclavos a las razas inferiores. Y con la asistencia de nuestros aliados europeos, pusimos fin a la tiranía de Lincoln. Prendimos fuego aquella falsa capital, y colgamos a aquel que quería quitarnos los derechos otorgados por Alá —exclamó aquel hombre, con un enorme orgullo en cada palabra—. Y me parece justo hacer un anuncio tan importante en esta fecha. En la noche de ayer se ejecuto a los cabecillas de la rebelión en México, y la zona fue pacificada nuevamente. Ahora, nos hemos enterado de la participación de gobiernos centro-americanos en el suministro de efectivos y armamento a los rebeldes. Por lo tanto, con el apoyo de la Junta Militar Argentina, hemos decidido pacificar la zona central del continente.
En las miles de casas dentro de aquellos territorios, el jolgorio no se hizo esperar ante tal declaración de guerra. Y el presidente sonrió con gran orgullo, sin dejar de mirar las cámaras que ante él se alzaban. Pero el silencio se apodero del ambiente, pues en el ventanal a espaldas del presidente se podía ver una figura en traje azul y capa roja. Y cuando el presidente se volteó, observo sin saber al nuevo regente. Y con un simple golpe de su dedo, Kal-Il destrozó aquel cristal.
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