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Se levanto de la cama, sin entender lo estaba sucediendo, miró a su alrededor odiaba las paredes blancas y más... un hospital.
Miró a una mujer de cabello largo y azabache con unos detalles azules.
Escucho como la puerta se abría, pudo ver un hombre alto de cabello plateado, aquel hombre sequedó parado al ver a su hija despierta.
La menor lo miró y ladeo su cabeza sin entender que veía a su padre.
—Odio los hospitales.—murmuróel peliplateado, ella parpadeo—Veo que...
—¿Donde esta mi portashurikens?—pregunto la menor, el peliplateado se sorprendió al ver esa reacción de su hija
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Volví agarrar otro palillo para comer los dangos que había traído Yashiro.
Seguí viendo el libro bingo de Iwagakure, le di la vuelta, pude ver la fotografía donde salía yo.
Sonreí con arrogancia, el pelirrojo me miro por unos minutos.
—Yashiro.—me volteó a ver—¿Porque eligieron una foto donde salgo jodidamente mal?—le mostré el libro bingo—¡¿No pudieron escoger otra donde salía más ojete?!
El pelirrojo arqueo su ceja, su cara hablaba por sí sola.
—Bueno... ya no me quejo.—murmure
—Mi pregunta aquí... ¿como puedes estar en el libro bingo, si eres una niña?—me encogí de hombros
Me quitó el libro bingo y se levanto.
—Hatake Mai, la niña prodigio.—fruncí el ceño, sabia que odio esa frase—Conocida como la Daga Relámpago.—se mantuvo callado—Vaya, aquí dice que tienes dieciséis años.—arquee la ceja—Claro, ¿quien creería que eres una niña?
