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╰►Por la ventanilla de la habitación de Haerin se podía observar los enormes banshees sobrevolando la zona. Era el gran día para la menor quien no escatimó en ropa linda, perfumes suaves y lindo maquillaje que acentuara sus pequeños ojos de felino.

Ni siquiera desayunó, no podía. Decía que si comía seguro vomitaría de la emoción y decir eso casi le costó una ida con la doctora que siempre la atiende.

"Estás loca, Haerin. ¿Vomitar? Deberíamos llevarte con la doctora Stuart" decía Hanna. Había ido a ver si la menor ya había desayunado para que comenzaran a alistarse para salir pues la ida hasta allá era un poco larga y de igual forma dicen las malas lenguas que Haerin tarda una hora en el baño con su música favorita a todo volumen.

— ¿Crees que sería lindo llevar este vestido? — sus pequeñas manos alzaron el vestido corto y pomposo de color celeste pastel.

— Es muy lindo, mi vida — aseguró Hanna quien bebía de una tacita de té sentada frente al escritorio de la habitación de la menor — yo digo que te hagas flequillo y con el pelo recogido y unos converse porque en definitiva andar en zapatillas allá afuera es un reto sin poder completar.

Hanna rió, la pequeña asintió varias veces dándole la razón mientras se veía al espejo. Hanna debía admitir que Haerin cada día crecía más y más como si de un bebé se tratase. Si ella notaba el cambio imagínense otras personas que no acostumbran a frecuentarla. Aún recuerda cuando por primera vez la cargó, era un pequeño crío de humano con unos enormes mofletes y ojos grandes pero delgados. Mil sentimientos recorrían su cuerpo cada que estaba con ella, Hanna no se permitía tener hijos, en Pandora sería un completo infierno y más por el cargo que tiene. En cualquier momento podría perder la vida y dejar huérfano al bebé.

Una mueca cursó su rostro pensando en ello pero inmediatamente al ver a la chiquilla con el vestido puesto sus ojos verdes se iluminaron.
Tan bella como la flor más hermosa en Pandora, su piel blanca y suave con lunares en sus hombros lucían hermosos. Jamas se arrepentiría de haber sido la tutora de la menor.

— Creo que luce bien, ¿qué opinas, Hanna? — preguntó acercándose a ella dándose la vuelta para que subiera el cierre del vestido.

Sus dedos tocaron la base del cierre y con cuidado fue subiéndolo, se ajustaba bien a su cuerpo y agradecía no tener que ir de nuevo a agarrarle más a este.

— Te queda precioso, cuídalo mucho y procura de que no se te ensucie — le palmeó la cintura y esta fue a sentarse frente al pequeño espejo en su tocador — escuché por ahí que te van a forrar en regalos — le guiñó el ojo.

Iba a hacerle el corte que le había recomendado. Desde ya hace tiempo, Haerin quería un flequillo pues varias mujeres de la base lo portaban y le parecía lindo.

Tomo varios mechones para que no se revuelvan con los que va a cortar y los unió con una pinza.

— ¡¿en serio?! — los ojitos de Haerin se iluminaron viéndola por el espejo.

— Sí, Norm me contó porque fue ayer a dejarle unas cosas a Sully y sus hijos le mostraron lo que habían hecho para ti.

La enorme sonrisa de Haerin contagió a la mayor, resultaba que nunca había recibido más de dos regalos. Y siempre era uno de Spider, y otro de Norm y Hanna por lo que se había acostumbrado solo a eso.

— Genial. Oh, ya me quiero ir — puchereó la menor sin moverse. No quería que Hanna le hiciera un desastre por sus insolencias.

— tranquila, después del corte te peinas y comenzaremos a empacar con los necesario para tu pequeña ceremonia organizada por el clan Omaticaya. Mo'at dijo que le encantaría conocerte, sus nietos le han contado lo amable y sensible que eres con las demás personas.

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⏰ Última actualización: Feb 19, 2023 ⏰

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