cap #1

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Nuevamente grité interiorente irritada por no poder cerrar los ojos de una puta vez y dormir como se debe. Pero no, el mundo se empeña en hacerme sufrir y me quitaba lo mas presiado, dormir. -Reprimi un ahogado sonido al darme cuenta que la melodía aún se escuchaba fuera de mi habitación, joder ya era la tercera vez en esta semana que esa maldita voz se roba mi sueño y no lo digo en la buena manera de explicarlo, sus canciones estúpidas matan mi ya deteriorado sentido del sueño.

Dispuesta a callar al hijo de puta que me cae como grano en el trasero me levanté de la cama, pasé de largo por a habitación y abrí la ventana de esta, no me arriesgaría a que mi madre me castigara al enterarse que salí a media noche de casa, entonces le terminaría dando la razón para mandame a un internado de niñas bien, agg, asco de solo pensarlo. Así que con cuidado salí aun en pijama que constaba de un short de algodón y una blusa de tirantes, no hacia frío afuera así que no me fue necesario un abrigo. Con los ojos perdidos en la oscuridad intenté llegar al desconocido guiándole por su voz, ese chilloso sonido. Con cuidado de no tropezar exploré una parte del patio de casa hasta encontrar lo que buscaba. Debajo del viejo roble se encontraba la figura de alguien sentado mirando el frente, y comprobé que era el culpable de mi enojo al escuchar la melodía que no me dejaba en paz hace dos noches atrás.

-¡Hey tú!. -grité a lo bajo para que nadie mas escuchara mientras me acercaba a paso apresurado al alcance de mi presa.
Me acerqué mas al lugar, hasta que me detuve cuando la figura se posó en dos piernas y pude sentir su penetrante mirada. No me había equivocado, era un hombre, y gracias a la iluminación de los faros lo podía distinguir a la perfección, su figura era menuda, cabello oscuro ojos igual, su color de piel no era muy preseptible sin embargo blanca no era, un chico alto, rasgos bien definidos y...era hermoso. Digo en el sentido en que sus ojos miraban, hace tanto tiempo que no veía algo así en un chavo, había inocencia en ellos. Joder Giselle regresa a la realidad.

-¿Quien eres? ¿y que haes dentro de mi patio a estas horas de la noche?.-Se notaba la molestia en mi voz.
El chico m miró sorprendido y sonrió, una clase de sonrisa limpia y generosa sin embargo lo ignoré esperando una respuesta.

-¿y bien?, si no me dices tendré que denunciarte por invadir propiedad privada .-amenacé. Pero quizá el chico esta mal de la cabeza que ni se inmutó ante mis palabras.

-Y...yo no se que que hago aquí. -dijo tan bajito que apenas escuché.

-Ahora resulta que padeces amnesia. -me burlé. Él no lo hizo.

-Necesito tu ayuda. Se acercó y yo retrocedí por instinto.

-No, no, no, yo solo he venido a decirte que te largues de mi casa y me dejes dormir de una vez o vas a vertelas con la policía o peor, conmigo.

-No entiendes.

-No lo hago así que largate ¿o ya olvidaste el camino a tu casa?.

-Yo...yo no tengo hogar...no estoy seguro si tengo vida.

-¿A que e refieres?. -pregunté harta de la absurda conversación.

-Creo que no soy humano....

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Ángel Perdido (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora