Capítulo 5

16 4 0
                                    

Aquel castaño me llevo arrastras al patio del colegio pues por esas horas no rondaba nadie y aun no tocaban el timbre para regresar al aula, me acorralo por ahí pegado a la sucia pared manchando la espalda del blanco uniforme con el polvo que ya se encontraba en el edificio, el se posiciono delante de mi y sin decir nada solo me observo detenidamente. Me temblaban las piernas tal como un ciervo recién nacido, me miro de pies a cabeza para finalmente abrir los labios a punto de pronunciar algo

-He oído rumores sobre ti… dicen que eres un marica, ¿eso es verdad?

Que tan estúpido debes ser para preguntar algo así y luego esperar una respuesta que claramente no vas a obtener, es como preguntarle a un ladrón porque te roba, debe tener el cerebro tan pequeño como una nuez. Justo me salvo la campana anunciando el tercer modulo

-Debo ir a clases

Sentí mi vida pasar por mis ojos al ver como el chico azoto su mano contra la pared impidiendo que me vaya

-Te hice una pregunta, responde o no te iras… Me lo debes yo te salve de esos estúpidos gordos

- ¿Y quién te pidió que me ayudaras? - respondí con firmeza intentando apartar su brazo de mi camino

-Responde- con el ceño fruncido pronuncio una vez más y se acercó a mi rostro

-¿Y que si soy marica? ¿Acaso te interesa? - respondí con una sonrisa arrogante pensando que así me dejaría en paz

-La verdad es que si- me tomo de la quijada y se acercó a mis labios, yo estaba bastante nervioso jamás pensé que había alguien a quien también le interesaran los hombres, incluso pensé que solo era broma y lo hacía para fastidiarme, pero no creo que alguien llegue al extremo de querer besarme solo por una estúpida broma adolescente

-Bueno Alphonse, de partir de hoy serás mi puto novio, no es pregunta si no afirmación

Ese se volvió el día más extraño de mi vida y el inicio de otro más de los infiernos que tuve que vivir. Todo parecía como si fuera sacado de un libro de romance toxico adolescente o una romántica película de amor pues no podía creer que un chico fuera mi pareja sin siquiera conocerlo o mínimo preguntado si eso es lo que yo quería

Desde ese día siempre me llevaba al mismo lugar donde decidió ser mi novio y me hablaba de sus reglas “debes obedecerme en todo lo que yo te diga” “si quiero tener sexo contigo lo hacemos no me importa donde sea o si quieres” “no le hables a otro chico que no sea yo” “vamos a salir de paseo cada tres días” “debes dirigirte a mí por cariño”; vaya que era absurdo y ridículo, pero no me resistí ¿la razón? Ni yo la se, simplemente me deje manipular por él, además sus salidas de cada tres días me servirían para así evitar estar en mi casa.

Un frio intenso hizo que me encogiera para mantener el calor, esperaba a Timothee pues me sito en este lugar para vernos, pero ya pasaba la hora de la que me había dicho

- ¿Dónde estará ese idiota?

- ¿A quién le dices idiota?

-A ti

-Que grosero eres conmigo

-Lo que digas, ¿A dónde iremos?

-No lo sé-encendió un cigarro

-¿Entonces para que me dijiste que viniera?

-Para verte-lo note sonreí como si estuviera en presencia de algo que le gusta mucho

-Ya me viste, entonces ya me voy

-Al, espera

-¿Cómo me dijiste?

-Al… ¿te molesta?

-No pero se escucha raro

-Entonces ya no te digo así

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 20, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No pude decir te adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora