2. Conociéndote ¿verdad?

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Hades
-Hades no puedes seguir asi- dice Aquiles como si me importara - tu vida gira
únicamente entorno a la empresa

-¿Qué quieres que haga?-pregunto hastiado prometí llevar la empresa y dejarla en alto, y es lo que estoy haciendo- responde molesto.
-de que sirve todo eso, sino eres feliz -dice serio-tienes la opción de mejorar ese ritmo de vida que tienes, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir luego.

Estoy harto de esto siempre es lo mismo solo porque me negué a salir ayer por la noche con ellos. Mis padres se adentran juntos, siempre he sido admirador de su relación años y siguen igual que cuando eramos pequeños

-chicos es hora de irnos no podemos llegar tarde a la familia León no le gusta la impuntualidad - dice mi madre
- y mucho menos a Hela- secunda mi padre.

Esa chica siempre me ha generado
intriga quisiera saber ¿cómo es?, ya que casi nunca se le ha visto sin gafas oscuras según
nos cuenta mi padre, el ¿por que? Nade lo sabe pues ya que todos mis amigos la han
visto de lejos y nadie sabe el color de sus ojos

Subimos al Jeep blindado de mi padre y los escoltas automáticamente nos rodean y no
encaminamos a l.L

-¿Cómo creen que sea?-pregunto en un susurro Aquiles.
-dicen que su físico y su forma de ser, le rinden honor a la diosa que lleva ese nombre- comenta Marcos en el mismo tono que usa Aquiles
-en realidad hay que esperar ya que hace muy poco regreso de Tokio por lo que se llevó acabo la universidad alli- le digo lo poco que he investigado de ella.

Luego de quince minutos llegamos al parking subterráneo de la sucursal donde nos espera el que supongo es el señor León, que ronda entre los cuarenta y cino o cincuenta años que no aparenta para nada por cierto.

-¡buenos dias! Hace mucho que no sabia de ti- le dice a mi padre abrazándolo, segun lo que me conto se conocen desde el instituto

-desde que te mudaste a Miami, se sabia poco de ti, no sabes lo que me alegra el que estés aquí de nuevo- responde este

-si necesitaba volver- dice con un poco de nostalgia.

-por lo que veo olvidaste a los mellizos y a Marcos- dice mi madre uniéndose a la
conversación, mis hermanos y yo solo nos mantenemos al margen de esta.

-los años no pasan en vano, no los reconozco- explica sorprendido cuando nos logra reconocer -la última vez que los vi tenian diez y nueve años- dice suspirando

-no se preocupe dice Aquiles- siempre suele suceder
-si mucho en realidad- secunda Marcos

-bueno, esperemos un poco más mi hija no debe tardar- dice mirando al elevador- me
aviso que surgió un imprevisto con uno de los jefes de departamento- comenta general y ellos siguen hablando amistosamente y mis hermanos se centran en sus móviles, yo solo espero que llegue pronto, asi como ella odia la impuntualidad yo también, no puedo entender que si exige algo no lo d..

-buenos dias, me disculpo por hacerlos esperar- dice una vos aterciopelada a mis espaldas.
las señas que me dan mis hermanos me hacen entender que está viendo hacia donde me encuentro

-supongo que ustedes son los Rojas los nuevos socios- dice y volteo encontrándome con una obra de arte hecha mujer, se acerca su andar me cautiva, es lo primero que noto en aquella señorita de piernas torneadas, anchas caderas, cintura diminuta y pechos rellenos al igual que el trasero.

Camina como si estuviera en una pasarela con seguridad, fuerza y determinación, paraliza a cualquiera que la vea y eso pasa con Marcos, Aquiles y porsupuesto que conmigo, sin dejar a mis padres por fuera que la miran con respeto y admiración, las gafas oscuras que usa simplemente le dan un toque de misterio, aunque de igual manera se puede sentir su mirada gelida

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