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-Rose, deja de llorar -Jennie estaba atando los cordones de las zapatillas de la menor.
Roseanne había querido impresionar a unos chicos de la pista de atletismo pero había terminado cayendo por llevar los cordones desatados, se había raspado las rodillas bastante feo, y había que curarlas con algo de agua oxigenada y un poco de algodón, y ahora tenía los pantalones arremangados sobre sus heridas.
-Pero duele~ -se quejó, haciendo pucheros, también se había golpeado la cara, así que cargaba una bolsa con hielo sobre su frente, donde estaba rojo por el golpe.
-Rose.. -Jennie la miro con cansancio- Eres una idiota.
-Ya lo sé.
Jennie se levantó con un quejido y se sentó a su lado.
-Por algo salí contigo, ¿no? -dijo la menor luego de un rato, Jennie la miro y fruncio el ceño con una mueca en sus labios- Y por algo salias conmigo también, así que también, Jennie, eres una idiota.
Jennie se tomó un segundo completo para pensarlo y al final asintió.
-Si, también por algo estoy aquí...sigo aquí, así que si, Park, te confirmo que también soy una idiota -dijo, se sentó a su lado.
Rose asintió levemente, se apoyó un poco sobre Jennie, tanteando terreno, la mayor no se movió, así que Rose prosiguió para apoyar su cabeza en el hombro de la otra.
En su mente, Rose pidió que la mayor volviera con ella, que de una vez, la aceptara de nuevo, porque nunca encontraría a nadie más como ella.
Pero es cuestión de recordar por qué habían roto, y por qué Jennie estaba como estaba, para soltar todo deseo con un suspiro cansado.
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