Cierro los ojos y después de seis años, vuelvo a poner a Dios en mi mente, en aquel momento lo aborrecía, odie tanto que se hubiese llevado a mis padres de tal manera; ahora sólo pido una segunda oportunidad de volver a creer en él, de que no merezco todo esto y de que él no me abandonará... lo pido con tantas fuerzas.
Cierro los ojos y me encojo lo más posible, creyendo de forma estúpida, que así no podrán violarme. Me sujetan entre dos y me obligan a abrir las piernas, mientras que el tercero se saca el pene y se hinca para penetrarme. La puerta se abre de golpe.
— ¿Qué mierda se supone que hacen?
— ¿Quién mierda eres tú?
— Al parecer seré su dolor de huevos, suéltenla.
Los cuatro tipos se pusieron de pie, se acomodan el pene y se cruzaron de brazos frente a ¿Matt?
— Soy Matt Zuck, el nuevo inspector, les pido que dejen a la señorita... -dijo y lo interrumpieron instantáneamente.
— ¿Tienes una idea de quién es ella? –pregunto el tipo obeso.
Matt sacó una especie de carpeta, rebusco algo y luego pronunció.
— Farah Leroy Potter...
— ¡Dukesa! –grito uno.
— Les decía –prosiguió-, está detenida por presunto trabajo en colaboración contra el político, bueno no es redundante. Ustedes están aquí para salva guardar la integridad, ¿en qué parte cabe esta escena?
— Es parte de la bienvenida...
— Ya veo, ¿así tratan a todas?
Mientras ellos siguieron hablando, cogí un pantalón de tela en color caqui y me lo puse velozmente, tengo tanto miedo que he dejado de escuchar lo que ellos dicen, por lo menos hasta que él vuelve a pronunciar.
— Farah, por aquí, los señores la escoltarán.
Le vi a los ojos y supliqué que no me dejará sola, pero eso no iba suceder evidentemente, pase a su lado y el me sujeto de la mano y puso algo dentro de ella, que apreté con firmeza. El asintió y luego desaparecimos por un enorme pasillo.
— Esto no se queda aquí Dukesa –dijo uno de ellos.
— Ese tal Matt y tú, la pagaran –exclamo un segundo.
Daba igual, por ahora, parecía que Dios me había ayudado o tal vez solo había sido una gran coincidencia.
— Entra ya –grito y me aventó dentro de una celda.
Al levantar la vista veo a una chica parada frente a mí, con un cigarrillo en los labios y las cejas arqueadas.
— Esa es tu cama – señaló la del lado izquierdo.
— Gracias...
— ¡Jane! –me extendió la mano.
— Farah –le devolví el saludo.
— Tengo el sueño pesado...
— ¿Qué? –pregunté confundida.
— Por si necesitas llorar, la primera noche nunca es sencilla –dijo y se sentó a la orilla de su pequeña cama.
— No debería estar aquí...
— Ya veo, muchas dicen eso, pero eso no cambia nada, de hecho, sólo lo empeora.
Me acurruqué en la cama, que estaba tan fría como dura, el colchón era apenas reconfortante y el lugar olía a rayos. Tan simple como tener una taza de baño a dos metros de mí. Me encojo en forma fetal y me cubro el rostro.
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DUKESA...
Teen FictionMi nombre real..., bueno da igual. Para algunos hombres soy la historia de una noche, el desahogo de su enojo, la furia de su día o el método para cumplir sus fantasías. Para una mujer por el contrario, soy la tranquilidad, la seducción y la sutilez...