-II-

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Andrés sabía que Guillermo era imposible de olvidar y más si este adhiero a su alma...

[...]

Era la mañana de un viernes en la Ciudad de México. Andrés apenas iba despertando al escuchar su alarma en cada rincón de la habitación, no podía abrir los ojos del todo bien. Se quitó las sábanas que tenía encima y se sentó en el borde de la cama mientras tallaba sus ojos.

Siempre se despertaba antes que Guillermo. Pero esto era porque Andrés debía ir a entrenar, pues estaba en una academia de alto rendimiento de fútbol.

La pasión de Andrés era el fútbol, uno de sus sueños era poder jugar en un equipo profesional y jugar en la selección mexicana.

Por otro lado, Guillermo en unas ocasiones llegaba a acompañar a Andrés a sus entrenamientos, lo cual hacía que Andrés se pusiera muy feliz, le encantaba que el que consideraba el amor de su vida, fuera a verlo, le encantaba que le dedicará tiempo, aunque Andrés sabía que Guillermo nunca lo vería con otros ojos.

Ese viernes, Andrés iría solo al entrenamiento. Andrés lo entendía, sus "ricitos de oro" no se sentía de lo mejor, pues Memo aún no le decía a Andrés que había pasado la noche anterior y la causa de su silencio y sus insignificantes actos cortantes con él. Sin embargo, estaba convencido de que solo pasó un mal día y lo dejó pasar.

Andrés solo abrió la puerta de la habitación de Guillermo para asegurarse de que si estuviera ahí, pues la noche anterior ni siquiera supo donde había ido. Y sí, Guillermo estaba en cama durmiendo plácidamente. Después de esto, Andrés se fue a su entrenamiento saliendo sigiloso del departamento.

A Andrés lo estaba matando amar a Guillermo.
"Su sol era feliz sin su luna"

[...]

Lionel, un chico argentino, despertó en su departamento a salvo, aunque él no recordaba nada de lo sucedido la noche anterior, pues sólo recuerda el como estaba disfrutando del tiempo con un chico mexicano, en un bar. Estaba confundido y simplemente no tenía idea mínima de como pudo haber llegado hasta su departamento mientras todo lucía en orden.

Por otro lado, Guillermo iba despertando. Un mirar somnoliento se apoderaba en su rostro. Sentía las decenas de texturas que hacía su piel al rozar con las cobijas y sábanas, al mismo tiempo que, recordaba al chico argentino que conoció la noche anterior, y que simplemente podría decir que se enamoró.

Después, aquel jóven se sentó en la orilla de su cama para después dirigirse al baño de su habitación.

Ese chico permaneció alrededor de dos minutos viéndose al espejo así mismo fijamente, parecía haberse quedado absorto en sus pensamientos, hasta que quebró en llanto, se sentía mal, no quería recaer. Bien sabía que lo había arruinado una vez más, porque la forma en que trato a Andrés el día anterior y también a Saúl, quien solo le compartía su logro con ilusión. A veces le cansaba ser la persona que era.

Es difícil amar, porque duele, en toda su semejanza, duele, en el término de la palabra...en el hecho de no poder odiarlo porqué no sirve, y amar mata poco a poco en la pesadumbre, y con sentimiento de un gran soledad. Ahí es cuando te preguntas ¿Por qué el amor es así? ¿Por qué amamos si nos lastima?

Guillermo trató de controlarse y salir del baño, estaba llorando, su vista cada vez se hacía más borrosa por sus lágrimas. Sólo quería dejar de ser sensible por un día, dejar de ser débil, dejar de encariñarse con las personas que no debía, dejar de ser abierto con las personas, dejar de mostrarle a las personas incorrectas su mejor versión.

"¿Por qué soy así? ¿¡Por qué!?". Siempre era lo que se cuestionaba Guillermo en su mente, se sentía débil, pensaba en todo esto mientras se recargaba en una pared de su cuarto y se sentaba en el suelo, estaba desolado. Ese chico había aprendido a vivir con grietas en él y no era el único, Andrés pasaba por lo mismo...

Pasó cierto tiempo, Guillermo se tranquilizó y se hundió en la pantalla del celular viendo fotos de él y muchos recuerdos que tenía plasmados en aquellas fotografías, como consecuencia se sintió mejor e hizo que su corazón lo abrazara un calor, haciendo que esto le diera ánimos de hacerle el almuerzo a Andrés, el cual ya no tardaba en llegar al departamento.

A Guillermo le encantaba cocinar y más si era para personas que apreciaba. Así que, sin esperar más tiempo, Guillermo se cambió rápido de ropa y decidió ir a comprar al supermercado las cosas que necesitaba para cocinar, salió de su departamento y mientras esperaba el elevador, vió a lo lejos un chico que llevaba grandes cajas de cartón y maletas gigantes que apenas y podía cargar todo eso. Y vaya grata sorpresa se llevó al ver que era el argentino que conoció la noche anterior.

-¿Necesitas ayuda?- ofreció Guillermo con una voz amable y una sonrisa cálida mientras se acercaba a donde estaba el chico.

Aquel chico alzó la mirada y vió a Guillermo -¿Eres Guillermo?-

-¿Lionel?-

-Sí- se le dibujo una sonrisa en los labios –¿Vives aquí?

-Sí, Leo ¿Te puedo ayudar?-

-Sí, por favor Guillermo-

Dejó descansar un poco sus brazos dejando las cajas en el suelo -Bueno ¿dónde está tu nuevo departamento?-

-Es aquel- respondió Lionel mientras señalaba una puerta con el número veintitres.

-¡Genial! Estas cerca de nuestro departamento- anotó Guillermo con felicidad y mostrando una sonrisa de oreja a oreja.

Lionel alzó sus cejas a la par y observó a Guillermo -perdón pero ¿nuestro?-

-Es que vivo con mi mejor amigo, se llama Andrés- contestó Guillermo mientras veía como Lionel abría el departamento. Posteriormente, entraron al departamento.

Guillermo dejó las cajas en la entrada del departamento -Bueno, tengo que ir a hacer unas compras, fue un placer volverte a ver, Lionel ¡Hasta luego!- agitó su mano de un lado hacia otro.

-Muchas gracias, Guillermo- agradeció Lionel con un tono carmesí en sus mejillas.

A Lionel desde la noche pasada le había parecido guapo ese chico de rulos.

Lionel solo pedia otro encuentro casual para volver a ver los ojos brillantes de Guillermo...

"Cada estrella es un motivo del porqué te quiero"

Andrés llegó al departamento, estaba exhausto, buscó a Guillermo pero no estaba por ningún lado del departamento. Entonces se fue a su habitación y buscó su libreta "secreta", esto para asegurarse de que estuviera aún en el cajón donde la escondía. La razón e importancia de esta libreta es que en esa libreta escribía poemas para Memo...

Andrés simplemente lo amaba, en lo más profundo de su corazón soñaba con que Guillermo un día se diera cuenta de como lo amaba. Aunque su corazón cada vez se desmoronara al recordar que sólo es el mejor amigo de ese chico. Incluso uno de sus poemas mencionaba "No me importa si no soy el mejor escribiendo. Siempre valdrá la pena escribir sobre tí" .Era más que notorio que el amor de Andrés por Guillermo era el amor más puro. Pero aunque Andrés no lo sepa, amar a Guillermo en silencio podría llegar a ser la cosa más ruidosa que haga...

Andrés sabía que Guillermo era eso, que cuesta dejar de querer, porqué lo empezó a querer sin querer...

𝐀𝐦𝐚𝐫 𝐝𝐮𝐞𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora