Prológo

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Porchay estacionó su bicicleta frente a la elegante y bonita casa color crema. Recorrió con nerviosismo el jardín hasta llegar a la puerta principal y con algo de pánico levanto la mano para presionar el timbre, pero, sus pies flaquearon.

No podía hacerlo.

En su mente comenzó a maldecir todas las humillantes situaciones que lo habían llevado a pisar uno de los barrios más prestigiosos de Bangkok, Tailandia. El joven, frustrado, considero darse la vuelta, pero su estatus como desempleado lo detuvo.

"Solo será temporal" pensó mientras tomaba el valor para llamar a la puerta y después de varios ejercicios de respiración, Porchay Kittisawasd estaba listo para encontrarse cara a cara con Kimhan Theerapanyakul.

Su nuevo jefe.

Además de ser uno de los empresarios más famosos y exitoso en Tailandia, Kim, también era el hijo más enigmático de la familia Theerapanyakul. A diferencia de sus dos hermanos, la vida personal de este era casi inaccesible para la prensa y aquellos fuera de su círculo de amigos. Todos creían que su comportamiento frío, cerrado e indiferente bajo el ojo público era para proteger perversos secretos que podrían destruir la reputación de su familia.

Porchay había creído a Kim el príncipe de la mafia, hasta que al abrirse la puerta vio aquel hombre de mirada intimidante con una bebé tan linda como un girasol en sus brazos.

Kimhan Theerapanyakul tenía una hija.

Hija que él tendría que cuidar por tres meses sin morir en el intento o sin terminar cometiendo crímenes de odio contra su desagradable jefe.

El rey del control y el rey del descontrol se ven obligados a unir fuerzas para cuidar del mismo girasol.

¿Qué podría salir mal?

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