Vorrei Essere un Uccello

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...

Es temprano, casi no dormí por hacer guardia.
Fue una noche bastante larga, entre   prepararme psicológicamente para irme del país y pensar en qué iba a hacer cuando llegue a México me terminé 2 cajas de cigarrillos.

Conozco a Carlo hace 15 años  y a Mauro hace 5, fuimos muy unidos desde entonces. Siempre traté de sacarlos de las cagadas, que no fueron pocas, pero ninguna tan grande como esta.
Hace un par de años decidimos irnos a vivir juntos y, como necesitábamos juntar el suficiente dinero para pagar las cuentas, Mauro y yo decidimos empezar a vender, al comienzo no nos lo tomamos demasiado enserio, hasta nos resultaba divertido, pero después empezó a ser realmente un trabajo que nos traía mucho a la casa.
Aún no puedo creer que haya metido la pata de tal manera, pero viendo el lado positivo vamos a cumplir lo que queríamos hace mucho: Irnos del país.

Decidí preparar algo para desayunar antes de que fuese hora de emprender el viaje. Mientras preparo el cafe veo a Carlo entrar a la cocina.

-Buenos días Nena- me mira sonriente, y esas palabras me derriten. Nunca me acostumbré a que me llamara de ese modo.

—Buenas, querés desayunar algo? —

—No, así estoy bien. Me quedo yo vigilando, haz lo que tengas que hacer hasta que se despierte Mauro. —

— Si si, termino el desayuno y me voy a duchar —doy un sorbo al cafe —Mauro pudo dormir algo? —

—Apenas pegó el ojo, está demasiado nervioso. —

—Es de esperarse —termino el desayuno y me levanto a limpiar la taza.

Carlo gira la mirada y se dirige a la ventana a continuar la vigilancia.

—Carlo, no olvides de que tenemos que retirar mi pasaporte. —

—Si no te preocupes, iremos apenas salgas —dice sin dejar de mirar la ventana.

Busco una toalla y mi celular, ya que me es imposible ducharme sin música de ambiente. En cuanto lo agarro noto que es más tarde de lo que creí.

—MIERDA —corro hacia Carlo —A qué hora tenemos el avión? —.

—A las 10 —

—Carlo, SON LAS 9:30! Aún tenemos que ir por el pasaporte. —

Carlo se levanta rápidamente y corre directo a la habitación a cambiarse y a despertar a Mauro. Yo corro a cambiarme para salir, creo que la ducha va a tener que ser al llegar.
Cuando salgo de la habitación veo a Mauro y a Carlo en la puerta.

—Apuremos que llegamos tarde —digo terminando de hacerme una colita.

—Buenos días Sia, que el saludo no se pierda —me molesta Mauro.

—Vámonos que se hace tarde —dice Carlo levantando las valijas.

...

El hombre que me dió el pasaporte tenía mala pinta pero mientras me lo dé a quién le importa cómo se vea.
Falta solo un control más, el del aeropuerto. Recuerdo haber controlado bien las cosas que puse, por lo que no deberíamos tener problema, espero de todo corazón que Carlo y Mauro no hayan puesto nada estúpido en el equipaje.

—Buenos días señorita, me permite su pasaporte? —una mujer no muy delgada pero muy alegre me dice desde el otro lado del mostrador.

—Buenos días, si, por supuesto. Cómo pinta el clima para el viaje? No hay nada por qué asustarnos verdad? —digo mientras le entrego el pasaporte.

—No señorita... Alessandra, por suerte no, tendrá un vuelo tranquilo. Es la primera vez que viaja? —pregunta mientras sella el pasaporte.

—Siii —digo fingiendo emoción —Tenía que conocer nuevos lugares y nuevas personas. —

—Entonces le deseo mucha suerte y un muy buen vuelo señorita Alessandra —sonríe mientras me da el pasaporte —por cierto, no olvide dejar su valija para el control. —

—De acuerdo, muchas gracias —

Procedo a mirar a mi alrededor buscando a Carlo y a Mauro los cuales ya están en el control de maletas.
Me posiciono detrás de ellos fingiendo no conocerlos y coloco mi valija en el control y procedo a pasar por el escáner.
Por suerte para los tres no había nada por qué preocuparse y subimos al avión con normalidad.

—A veces me gustaría ser un pájaro. —digo a Carlo que se encuentra a mi lado.

—Por qué? —me mira extrañado y le da un pequeño golpe a Mauro para que escuche.

—El cielo es hermoso, aparte... Son libres y pueden ir a cualquier lado sin necesidad de nada. Pero yo sería uno nocturno, el cielo es aun más hermoso con todas las estrellas resplandeciendo. —

—Pronto todos seremos libres —dice Mauro tocándome el hombro —solo hay que esperar. —

—Lo sé. —

—Serías un mal pájaro por tu miedo a las alturas. —se burla Carlo.

El aviso de la azafata de que vamos a despegar nos hace callar, agarro mi celular y pongo alguna canción para relajarme.

Sangre fría- Panda

Sé que todo mejorará cuando lleguemos a Mexico.


Fratelli: Finche Le Morte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora