Nuovo Inizio e Nuovo Lavoro

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Juro por mis muertos que mientras viva haré hasta lo imposible para no tener que repetir un viaje en avión, tengo un dolor de espalda impresionante y mi cuello ni hablar.
Después de haber pasado la revisión nos dirigimos a la salida donde nos esperaban dos hombres en una Ranger roja, obvio conocidos de Mauro, la verdad no sé muy bien a dónde vamos solo sé que nos espera una bienvenida bastante motivadora al nuevo trabajo.
La primera vez que empezamos a vender nos "iniciaron" poniéndonos una bonita 22 en la cabeza y miles de preguntas relacionadas con la venta, nos llegaron unas cuantas amenazas hasta que empezaron a confiar y vieron el avance que hicimos.

Llegamos a un campo muy bonito con una gran casa. Cualquiera que quisiera entrar se lo replantearía dos veces con solo mirar la entrada, se veían unos diez hombres todos con el rostro tapado y con rifles de asalto.
Nos dirigieron hasta una sala donde habían dos hombres sentados esperándonos.

—Bienvenidos a Yucatán y a nuestra pequeña mansión.—
—Un gusto —responde Mauro —Gracias por el favor que nos están haciendo.—

Uno de los hombres se me acerca y con rapidez desenvaina apuntándome directo a la frente, me analiza de pies a cabeza al notar que ni siquiera me moví. Pablo permanece quieto mirándome y asegurándose de que no haga nada para cagarla.

—Estás demasiado tranquila para tener un arma en la frente —presiona el arma con más fuerza en mi cabeza.

—A este punto considero a la muerte mi amiga, además no es la primera vez que alguien me apunta en la frente con un arma. —lo miro de manera soberbia.

Este tipo de cosas me han pasado tantas veces que ya simplemente me dan igual, tranquilamente podría hacerle una llave y quitarle el arma pero dónde quedaría la gracia de hacerles creer que tienen el poder.

—Me llamo Alessandra —levanto lentamente las manos para que vea que me rindo.

—Soy E7 —me dice el hombre que se encuentra frente a mi mientras baja el arma.

El hombre del fondo se acerca a Mauro y lo mira de cerca.

—Me dicen Tony —saca un habano y lo enciende —quiénes trabajarán con nosotros? —

—Yo y Alessandra —dice Mauro sin dudarlo.

—Ok, y su amigo? —señala a Carlo que está callado observando toda la situación.

—Somos como hermanos, lo sabemos todo del otro. No tienen que preocuparse. —digo poniéndome enfrente por cualquier cosa.

—Perfecto... Quién se va a encargar de repartir los dulces?—

—Ambos sabemos hacerlo, dennos la órden y considerela hecha —Mauro trata de parecer lo más amigable posible.

—Tú —Tony me señala con el habano —la que dice ser tan amiga de la muerte.

—No pensaras en... —E7 mira a Tony preocupado.

Tony levanta la mano para callarlo, se acerca mucho más a mi y me observa detenidamente.

—Me dejas hablar con tu amiga a solas? —Mira a Mauro —será rápido.

—Está bien... Solo, no le hagas nada, es la mejor mercancía que pudiste conseguir. —

—Eso lo decidiré yo. E7 saca a los chicos de acá.—

Mauro y Carlo salen de la habitación a regañadientes.

—Bien... Alessandra verdad? —gira a mí alrededor analizandome —asusta tu indiferencia a una posible muerte. —

—Como le dije a su compañero, la muerte es mi amiga. —

Tony vuelve al escritorio y saca un arma.

—¿A cuántos has matado? —

—A nadie aún, pero si por eso se me paga no tengo problema en hacerlo. —

—Me comentaron que tu amigo es bastante bueno con la distribución. —se acerca entregándome el arma —pero de ti solo me llegaron noticias de ser sangre fría.—

—Eso dicen algunos —sostengo el arma.

—¿Qué tan capaz te vez de matar una familia entera, mujeres, niños, bebés...? —me mira —¿qué tan capaz eres de ser, por así decirlo, un dios de la muerte? —

—Como ya le dije, si me pagan por hacerlo, por más que no se "moralmente aceptable", lo haré. Vine aquí a trabajar de lo que ustedes me den, con el objetivo de también avanzar acá adentro, por lo que no debería dudar de lo que soy capaz de hacer por lealtad y por dinero.

Me mira y se acerca a mi oído.

-Dispara.

Sin dudarlo levanté el arma y disparé a un libro que se hallaba encima del escritorio. Acto seguido se escuchó como la puerta de abría de un golpe seco, los hombres que estaban custodiando habían entrado y me estaban apuntando.
Tony levantó la mano en señal de alto.

—Creo que te irá bien ir con E7 y Los Pelones —extiende su mano para que le entregue el arma.

—Como usted ordene —le entregó el arma y le sonrió orgullosa.

—Con respecto a tu amigo ¿Cómo se llama?

—Mauro. —

—Él estará con nosotros en la venta —gira la mirada hacia ellos y vuelve a mí —Tu amigo tenía mucha razón, al igual que la gente que me habló de ti. —

Guarda el arma nuevamente en el escritorio y da órdenes para que nos dejen en una de las habitaciones de la casa.
Sabemos que solo será por hoy y mañana tendremos que buscar nuestra casa o departamento, por suerte tenemos algo de nuestros ahorros.
Una vez adentro de la habitación empiezo a buscar una ropa más cómoda, ya que se había hecho de noche y el sueño estaba pegando.

—Nos asustamos cuando escuchamos el disparo, pensamos que te habían hecho algo —dice Carlo sin dejar de mirarme.

—Solo me dijo que dispare y lo hice donde creí ocasionar el menor daño —agarro la ropa y me voy al baño de la habitación.

Salgo del baño con mi ropa de dormir y veo a Mauro y Carlo sentados en silencio en la cama.

—¿Y a ustedes qué les picó? —tiro la ropa que me saqué al piso —no me digan que se pusieron sensibles porque casi muero —me acerco y me tumbo justo en medio de ambos.

—Si, nos dió miedo como te dijo Carlo, se me heló la sangre y solo pensaba en entrar y matar al maldito...—

—Recuerden que hierba mala nunca muere —miro a Mauro que se nota cansado y estresado —aun tienen que aguatarme mas tiempo. —

Ambos dan una pequeña sonrisa y me abrazan.

—Bueno ya, mucho amor ¿Dormimos?—

—Si, yo ya necesito descansar algo. —dice Mauro empujándome un poco para que le haga lugar.

—Yo también estoy que no doy más —Carlo se levanta y directamente da vuelta a la cama para acostarse y yo quedar en medio.

- Los quiero mucho tarados.—

—Y nosotros a vos —dicen al unísono y se giran dándome la espalda.

Una noche más con las únicas personas que me hacen feliz y jamás abandonaría.

Fratelli: Finche Le Morte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora