Capítulo Único

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Clarke despertó en una habitación en Polis, completamente exaltada sabía que debía aun realizar muchas cosas antes de que el fin del mundo llegara, al principio, todo era borroso, pero poco a poco su vista se fue aclarando. Se sentó en la cama apresurada y mirando a su alrededor para lograr orientar e identificar donde la habían llevado sus amigos. La habitación era amplia y lujosa, y estaba decorada con motivos terrestres y skaikru algo completamente extraño en la cuidad de polis. Pero lo más sorprendente era la vista. La habitación daba a una gran ventana desde la cual se veía la ciudad de Polis. La ciudad estaba en paz y todo parecía perfecto.

De repente, una voz suave la hizo sobresaltar: "¿Te sientes bien, mi amor?" Clarke se giró rápidamente y se encontró cara a cara con Lexa. Estaba de espaldas a la ventana, y tenía una sonrisa en su rostro.

Clarke no podía creer lo que veía. Lexa estaba allí, de pie frente a ella, la emoción la invadió, y se levantó de la cama para acercarse a Lexa. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Lexa la abrazó con fuerza y luego le dio un beso apasionado y salvaje.

Clarke se sentía tan feliz que no podía evitar que las lágrimas le cayeran por las mejillas mientras en beso transcurría. No quería que ese momento acabara nunca. Después de tanto tiempo, Lexa estaba allí, con ella, sin preocupaciones, sin presiones, solo Lexa y Clarke.

Mientras seguían abrazadas, Clarke se percató de que había algo extraño en la atmósfera. Todo parecía demasiado perfecto. Sabía que algo no estaba bien, pero no quería que ese momento acabara.

"Lexa, esto es demasiado bueno para ser verdad, tú ya no estás conmigo, me dejaste , ya no estas a mi lado" dijo Clarke con una voz temblorosa y las lágrimas a punto de derramarse sobre sus mejillas.

Lexa se alejó de ella y la miró a los ojos. "De que hablas cariño, tuviste una pesadilla nuevamente, cuéntamelo o no mejor aún déjame adivinar", dijo Lexa con una gran sonrisa, "es esa pesadilla donde yo muero y tu te quedas sola con nuestra gente, donde no te respetan y peor aún donde estas peleando a muerte por un bunker que no existe".

"Yo... , tú como lo sabes", dijo Clarke completamente confundida.

"Por qué me se cada uno de tus miedos cariño y créeme no es real"

"Pero es que parecía todo tan real tan vivido", dijo Clarke desconcertada.

"Lo sé, mi amor. Pero es no real, de hecho, hemos llevado la paz a nuestras tierras durante años, los terrestres te respetan como wanheda, y Skaikru hace mucho se unió como un miembro más de los clanes. Y tú y yo somos las líderes más respetadas y amadas que han existido, sin mencionar que estamos juntas en una relación feliz y nuestro pueblo lo acepta". Dijo Lexa con la sonrisa mas hermosa que nunca antes había visto en ella.

Clarke sabía que no podía ignorar lo que estaba sintiendo. Sabía que tenía que enfrentar la verdad, fuera cual fuese. Pero algo dentro de ella quería vivir en esa realidad. Con un profundo suspiro, se apartó de Lexa y miró hacia la ventana.

"Entonces no hay nada por que luchar". dijo Clarke.

"No amor, solo nos queda disfrutar de nuestro día libre, hemos trabajado tan duro que es tiempo de que salgamos y nos demos nuestro tiempo"

Fue así como ambas emprendieron camino fuera de las murallas de Polis en el caballo blanco de Lexa el cual las adentro en el bosque tan verde como el verde de los ojos de Lexa , los cuales siempre le trasmitieron paz y seguridad, pasaron el día cerca de un lago, arrojándose la una a la otra a las cristalinas aguas del lago riendo y besándose, y comiendo las delicias que les habían empacado las cocineras de Polis, para terminar entregándose la una a la otra uniendo sus cuerpos y llenando sus corazones, cuando la tarde ya se adentraba fue momento de volver a Polis, volvieron donde todo comenzó en la cama que compartían como esposas, después de conversar toda la noche de cosas triviales, robándose besos de vez en cuando y demostrándose sin cesar su amor,  Clarke finalmente estaba rindiéndose ante el agotamiento.

"No te quiero dejar Lexa", dijo Clarke acongojada.

"No lo tienes que hacer, lo sabes", respondió Lexa.

"Lo siento, Lexa", dijo Clarke con lágrimas en los ojos, "no puedo quedarme aquí. Tengo que volver al mundo real y hacer lo que sea necesario para salvar a mi gente".

Lexa le acarició la mejilla y le sonrió tristemente. "Lo sé, mi amor. Pero siempre te esperaré aquí, en nuestro nido perfecto, en nuestra habitación, y se que encontraras la manera de salvar a nuestra gente, creo en ti Clarke, ahora descasa, solo descansa".

Con un último beso, Clarke cerró sus ojos y se sumió en el mundo de los sueños. Cuando los volvió a abrir, estaba de vuelta en la habitación de Lexa, pero esta vez ella no estaba y jamás lo estaría, porque sabia Clarke que había vuelto a la dura realidad.

Realidad donde la lucha por el bunker había sido cruenta y brutal, y Octavia había logrado sobrevivir gracias a su astucia y habilidad en el campo de batalla y había ganado el Bunker para Skaikru, pero está había tomado la decisión de compartirlo con todos los clanes, aun así, la situación seguía siendo precaria. Los clanes seguían luchando entre sí, y el futuro era incierto.

A pesar de la tristeza que sentía al abandonar su sueño, Clarke se levantó de la cama y se preparó para enfrentar el futuro con valentía. Sabía que no podía escapar de la realidad, pero podía trabajar duro para lograr un futuro mejor para todos los que estaban bajo su cuidado, para todos los que ella amaba y para todos los que Lexa amo. 

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

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