-¿Porque querría acceder? ¿Que obtengo yo a cambio?
-Tú eres el único que me puede ayudar en esto, podemos hacer que sea algo mutuo. El intercambio perfecto...
:・゚𝙷𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝟷𝟶𝟶% 𝚖í𝚊
:・゚𝙽𝚘 𝚜é 𝚙𝚎𝚛𝚖𝚒𝚝𝚎𝚗 𝚌𝚘𝚙𝚒𝚊𝚜
:・゚𝙷𝚒𝚜𝚝...
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Tal y como él lo ordenó pase la noche en una de las tantas habitaciones que tenía disponible. Después del caluroso encuentro que tuvimos en su oficina no lo he vuelto a ver y de eso ya ha pasado casi un día completo.
Justo ahora me encontraba con John en el comedor, la noche ya estaba empezando a caer sobre la mansión y muy pronto Zaira, la misma señora que nos recibió, serviría la cena, según dijo el Boss estaría presente y lo vería por primera vez en el día.
—Signora, ho ricevuto informazioni dall'Italia.(Señora, he recibido información de Italia)
—¿Qué ocurre?
—Cómo lo su pusimos Los Diez Anillos ya están en Italia, por suerte no se perdió mercancía, las bodegas ya estaban vacías cuando llegaron, pero tiene un problema muy grande Señora. Tomaron posesión de Siena, ya no es más su ciudad señora. Lo lamento mucho no hubo mucho que pudieran hacer para evitarlo, ahora los trabadores esperan órdenes de dónde trasladarse.
La noticia de que Siena ya no me pertenecía me calló como un balde de agua fría, por años esa ciudad había sido de nuestra familia y ahora más que nunca debía hacer todo lo que fuera posible para recuperarla—Ordena que trasladen todo a Palermo, comenzarán a trabajar en las instalaciones que tenemos ahí no podemos dejar que nuestro imperio caiga por esto, yo haré todo lo que esté en mis manos por recuperar Siena, pero no pueden parar con los envíos. Quiero que me mantenga informada de todo lo que ocurra en Italia, no sé cuando este de vuelta y cuiden muy bien de mis abuelos, no les puede pasar nada en mi ausencia—
—Si señora. ¿Puedo retirarme?
Asentí con mi cabeza volviendo la vista al gran ventanal que había frente al comedor que daba vista al jardín. Cinco camionetas blindadas entraron a la propiedad deteniéndose justo frente a la entrada, dos hombres bajaron rápidamente de una de ella para abrir la puerta trasera de la misma de dónde por supuesto bajó el Boss, se veía igual de impecable y elegante que ayer solo que hoy lucia más serio, sus ojos parecían hielo y sus hombres ni siquiera se atrevían a levantar la cabeza frente a él.