• • • • • ૮₍ '𖦹 ˕ ×' ₎ა Después de la muerte de su amado aquella noche de diciembre Quackity le ordena a su empleado Fundy a hacer un robot que sea la viva imagen de su esposo๑
❛ Esto no es sano para ti ❜ Dijo Fundy.
❛ Te estoy pagando, callate y h...
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❛ ¿¡POR QUÉ NO ERES COMO ÉL!? ❜
El mexicano solía tomar la mano del robot para sentir la calidez de la piel de su esposo, pero el robot solo es plástico, no se siente.. Natural.
❛ ¡SE SUPONE QUE DEBES SER IGUAL A ÉL! ❜
Cuando eso pasaba al principio se entristecía, no sabía que sentir, y el robot para animarlo le daba un beso en la mejilla.
❛ ¡ERES SOLO UN DESPERDICIO! ❜
Esos besos eran dulces.. Pero no como los de su amado, así que empujaba al robot cuando hacía eso. Y ahora las cosas se salieron de control, golpeando al robot.
── Debería reemplazarse ── Dijo Quackity, levantándose del suelo y dejando al robot en este mismo, viendo como este lloraba ── ¡Ni siquiera eso haces bien! Slime no lloraba así, ¡mierda, es que eres un..! ¡Agh, no se, no se! ──
No sabía como sentirse, por lo que solo se agacho de nuevo, tomando al robot por el “cabello” y golpeándolo contra el suelo.
Este solo lloraba, y pedía que parara, dando fuertes pataletas al suelo, haciendolo tan rápido y fuerte que se escuchaba su mecanismo un poco, cosa que enojo a Quackity aún más, empezó a golpear más fuerte al robot.
Quackity tenía sentimientos tan confusos que no sabía como deshacerse de ellos, así que golpear al robot es lo único que pensaba que podía rejalarlo.
Tomo a este por el cuello de su ropa y lo arrastro por las escaleras, bajando cada escalón haciendo que se golpee, y a la mitad de este simple arrojándolo con fuerza, haciendo que choque contra la puerta.
Este lloriquiaba, no entendía porque aquel humano que tiene de amar le estaba haciendo tanto daño.
Quackity bajo de la escalera y lo tomo del pelo nuevamente, abriendo la puerta y echándolo afuera de la casa, tirándolo y haciendo que choque contra la nieve.
── Te quedas ahí, ¿me escuchaste? Entraras cuando yo te diga que entraras ── Dicho esto, cerro la puerta.
El robot, herido y temblando de frío asintió con la cabeza, sentándose en el suelo y abrazándose a si mismo.
Se quedo en frente de la puerta, viendo esta con esperanza de que su “dueño” le abriera la puerta y diera un abrazo como antes hacía.
