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Danielle se encontraba sentada en el piso viendo cómo su novia se encontraba pintando una pintura.

Su novia era la mejor artista que alguien iba a conocer.

— ¡Terminé! Esto fue un poco más fácil — comenta la castaña — ¿Crees que le guste a San? — pregunto parándose de su silla para dirigirse a donde estaba Danielle.

La mayor solo sonrió al ver a su novia con esa hermosa sonrisa que la caracterizaba, Haerin se sentó en el regazo de Danielle, quien la rodeó con sus brazos.

— Mi amor, a San le gusta cada cosa que venga de tu parte — contestó con una sonrisa mientras con su mano derecha acariciaba la mejilla contraria.

La menor se sonrojó y sonrió.

El día de hoy estaba feliz, contenta, que no dejó que todas aquellas inseguridades quitaran aquella sonrisa.

— ¿Me das un besito?— preguntó con un puchero.

Danielle rápidamente dejó un beso en la mejilla contraria, haciendo que el puchero de la castaña creciera.

— No, no, Dani — Haerin negó con su cabeza — No en el cachete, en mis labios, por favor — pidió amablemente.

Danielle con sus dos manos agarró los cachetes regordetes de Haerin para juntar sus rostros y empezar un beso lento y tierno. La castaña enredó sus brazos por el cuello de Danielle para pegarse más a ella.

Se separaron por falta de aire y Haerin recargó su cabeza en el hombro de la pelinegra, mientras que Danielle la abrazaba otra vez por la cintura.

— Me gusta cuando estamos así, Dani —  Haerin rompió el silencio.

— Sí?

— Sí, porque me hace sentir amada — murmuró, pero lo dicho llegó a los oídos de Danielle.

— Ya eres amada, mi vida — respondió mientras acariciaba la cintura de Haerin — Nuestros amigos te aman, tus padres también, mi madre y yo, todos nosotros te amamos — comentó.

— Pero me gusta mucho cuando me dices que tú me amas — le susurra en el oído mientras va cerrando sus ojos.

— Te amo mucho y eso tú ya lo sabes — comento después de un rato Danielle, aunque sabía que su novia se había quedado dormida por los pequeños ronquidos que se escuchaban.

De manera tranquila y haciendo sus movimientos lo menos bruscos para no despertar a Haerin, se puso de pie y se dirigió a su habitación.

Acostó a Haerin en la cama, para después acostarse ella y tomar una siesta hasta que la castaña se levante con hambre.

案 : 𝗕𝗘𝗦𝗢𝗦 𝗗𝗘 𝗜𝗡𝗦𝗘𝗚𝗨𝗥𝗜𝗗𝗔𝗗𝗘𝗦﹙𝖽𝖺𝖾𝗋𝗂𝗇﹚ .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora