13/02/23

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       08:00 a.m. – 13/02/2023

❤Cuando abrió los ojos eran las ocho de la mañana, despabilo un poco del sueño que todavía cargaba encima para comer algo, ya que la noche anterior había comido muy temprano y poco, por la ansiedad que se había alojado en su cuerpo. Se levantó para proceder ir al baño para hacer sus necesidades básicas, lavarse la cara y los dientes.

Para el desayuno pidió un café latte vainilla, una botella de agua sin gas y un sándwich vegetariano para comer, pagándole a la azafata de inmediato. Después declinó la mesita que hay en el asiento para colocar la comida y se dispuso a comer lentamente mientras escuchaba con sus audífonos a grandes clásicos como; Mozart, Chopin, Beethoven, Tchaikovsky y los soundtracks del Studio Ghibli, ya que no le gustaba oír por las mañanas canciones enérgicas y muy ruidosas, por mucho que le agradará el artista o la banda.

Esa rutina la mantenía serena y de buen humor cuando comenzaba el día, porque era como un tipo de meditación y bienestar emocional que había implementado para ella misma.

Una hora y media después comenzó a darle nuevamente sueño, así que guardó el celular en su abrigo y se acomodó para dormir un poco más porque le quedaba todavía un par de horas de viaje. Cerró los ojos con el único pensamiento en su mente que ya quedaban pocas horas para verla, abrazarla y besarla como tanto había imaginado y anhelado durante mucho tiempo.

Antes de bajarse del avión se había lavado los dientes, peinado el cabello, maquillado un poco, cambiado de ropa por una más elegante y abrigada, que consiste; en una falda lisa que le llegaba hasta la rodilla de color negro, abajo tenía pantis del mismo color para abrigarse del frío invierno que hacía en ese país, junto a una blusa beige claro de manga larga que tenía un moño en el cuello, unos mocasines negros y un abrigo color café claro que le llegaba un poco más abajo de la rodilla y para finalizar una bufanda blanca de lana. Se aplicó un poco de perfume deseando estar presentable y bonita.

Apenas aterrizó el avión, avisó de inmediato su llegada mandándole un mensaje de texto a su novia, emocionada y feliz de estar a nada de poder verla. Una vez que bajó del avión caminó hacia la salida junto a su maleta, cargando su mochila en el hombro derecho, verificando el celular y leyendo el mensaje que le había mandado.

Le decía que estaría esperándola en la entrada.

Sonrió, guardó el teléfono en su bolsillo y volvió a caminar a paso apresurado hacia la salida.

Y cuando la vio no podía creerlo, creyó que estaba soñando y que sus ojos la estaban engañando, pero no era así, era real… un sueño que se había vuelto realidad.

Cuando sus ojos conectaron por primera vez fue inevitable no emocionarse a tal punto que sus ojos se aguaron, llorando de felicidad. Ahí estaba ella parada junto a un auto, luciendo unos jeans negros, zapatillas converse y un cárdigan de lana de color negro y blanco, con el cabello suelto bailando por el soplo del viento fresco, mientras le regalaba la sonrisa más preciosa de la vida.

Corrió hacia ella rápidamente, abrazando con fuerza su cuerpo apenas la tuvo en frente. Oliendo la fragancia de su perfume combinado con el de su cabello mientras ambas soltaban lágrimas de felicidad absoluta. Después de un par de minutos se separaron unos centímetros para limpiarse la humedad de sus rostros provocado por el llanto, sin dejar de sonreírse y observar el rostro de la otra.

—Finalmente estás aquí… no puedo creerlo… —susurró la chica de cabello negro.

—Lo sé, yo tampoco puedo creerlo… —le respondió la chica de cabello cobrizo.

🥀Amor A Distancia🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora