<Cap 3>

53 6 0
                                        

La felina se divertía molestando a su hermano, tras verlo dormido en el sillón mientras abrazaba al canino, quien parecía estar muy cómodo en su pecho, porque seguían acostados  solo que uno no dormía.

-Ya deja de reírte lo despertarás-Regaño a su hermana mientras acariciaba la cabeza del peli-rosa quien inconscientemente movía su cola como signo de su felicidad, si lo sé, parecen felices, como si fueran una familia, tal vez se podría decir lo eran, pero solo tal vez, dado que uno de ellos no quería estar ahí y el otro ya no quería existir.
La chica dejo de reír y les saco una foto solo para irse escaleras arriba y encerrarse en su cuarto dejando solos a los dos chicos.

El gato solo suspiro con molestia y levanto un poco el mentón del perro para verlo mejor, tenía la boca entreabierta, una abundante cantidad de pecas, que decoraban a la perfección su piel blanquecina, sus ojos azul claro permanecían cerrados y tenía una que otra curita, sin duda alguien al que se le podía catalogar lindo, incluso tierno pero al conocerlo todo encantó se le va, cobarde, maleducado y ahora estaba en un estado de depresión.

Con cuidado se levantó cargando al chico más bajo, para llevarlo a su cuarto así podría irse a trabajar sin dejar solo en la sala al peli-rosa, lo depósito con cuidado en su cama y cerro las puerta del cuarto.

Minutos después de que el chico fuera dejado en su cuarto se despertó algo confundido, pero sabiendo de su entorno, sin más se levantó y se volvió a sentar en aquella silla, en la que se sentaba cada noche, cada madrugada y cada mañana, siempre desde que llegó a aquel lugar, eso ya era rutina no importaba cuál era la situación siempre se encontraba en aquella silla, viendo a la nada porque siendo sincero nunca se podía enfocar en nada, simplemente analizaba todo para luego olvidarse de si mismo en sus pensamientos, queriendo todo y la vez nada, deseando saber que mierda hizo para merecer estar ahí. Sin darse cuenta empezó a llorar mientras sus ojos se quedaban posados en el marchito rosal, no quería estar ahí, no podía estar ahí, no merecía estar ahí, el hizo todo lo que pudo para proteger a quienes quería, se enfrento a todo lo que se los intentaba arrebatar, pero solo era un pobre cobarde ¿Qué querían que hiciera? ¿Qué se supone que tenía que hacer?.

El esfuerzo que hizo para no soltar quejido alguno al estar llorando, le cobro pasaje al sentir como toda su garganta le ardía y su cabeza dolía, al soltar el aire que estuvo acumulando, sintió un gran alivio solo para sentir como su cabeza dolía otra vez, estaba mareado y sus lágrimas seguían saliendo sin el tener un verdadero control sobre ellas solo empezó a murmurar una y otra vez como si lo único que supiera decir fuera un triste y roto "Perdón".
Empezó a poner sus piernas arriba de la silla y esconder su cabeza en estás, mientras aún profesaba su inaudible lamento, que nadie más que el y esas paredes serían testigos de eso y para el no estaba mal.

A pesar de que las horas pasaron bastante lentas para el, todo fue un parpadeo y eso no le gusto, la noche duro muy poco y la madrugada una eternidad, solo quería volver a casa pero ya no podía y si pudiera de seguro no lo querrían.

Con las pocas fuerzas que le quedaban se dirigió al baño, y se empezó a desnudar mientras esperaba a que la tina estuviera llena, en lo que esperaba miro su torso desnudo, estaba flaco y tenía cicatriz tras cicatriz, alguna que otra marca de quemadura y uno que otro moretón, pero a quien le importa?, El es el único que ve esa imagen, no hay nadie más que vea ese horrible escenario.
El sonido del agua salpicando en el suelo lo saco de sus pensamientos, así que cerró la canilla y se metió, suspirando intentando dejar de lado todo por un momento, todo estaba siendo una mierda, el era una mierda.

'Pensamientos amargos'

×Sueños×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora