En el mundo de un empresario respetado era llenado por varias quejas y firmas por todo lado y era lo más estresante.
-Firme aquí, Señor Bakugo -con la punta de su dedo apuntó al lugar donde debía firmar su jefe.
-¿Eso es todo? -ya estaba bastante extresado y más con las últimas noticias que su empresa era un lugar de contrabandistas y sabia que no era cierto, habia alguien que compraba los productos y que inyectaban sustancias ilicitas en sus productos para luego ser ellos quienes den la mala imagen.
-Si eso es todo, con la gracia de dios sacaremos adelante el proyecto -Intentaba animar a su amigo y jefe, pero solo podía sacarle un suspiro pesado -Con su permiso me retiro.
No esperaba una respuesta en estos momentos asique solo se limitó a aceptar como con su mano lo mecia hacia adelante en señal de poder salir. Bakugo miró como se perdia la silueta de Kaminari por esa puerta que en cerrarse, con su silla se deslizó hacia atrás dejando reposar su cabeza en la cabecera de su asiento.
Este proyecto era importante para el ya que con el gran número de violaciones sexuales y muertes a producto de una droga que las inyectan para hacerlas debilitar y aprovechar de ellas o secuestrar. No podía pasar de percibido la venta de órganos y el tráfico de niños, si algo odiaba era el hecho de quedarse sentado y no hacer nada para ayudar, por ello creo la U.A. su proyecto que estaba seguro estará en la mira de muchos de los interesados.
Se puso de pie para tomar su chaqueta y llevársela por su hombro, estaba cansado y quería un poco de entretenimiento y por ello llamó a su chófer personal qué en unos minutos sacó el auto del estacionamiento.
-¿Al mismo lugar de siempre, Señor? -preguntó Iida quién miraba por el espejo del auto.
-Si ya sabes la respuesta, entonces solo conduce -murmuró molesto e Iida solo asintió y procedió a conducir.
Sabia todo lo que ocurría y los comentarios que hacían las personas hacia su jefe pensando que él era el culpable y que en vez de ayudar a los cuidadanos, sólo está de lado de esos enfermos que se hacían llamar "Villanos". No podían saber quiénes eran los participantes, pero no se podía decir que eran de muchas personas.No podía juzgarlos a todos ya que por más que les dijiera públicamente que no eran los responsables pocos creían y la mayoría siguieron en lo mismo.
-¿Averiguaron quién es el traidor, Señor? -Dijo Iida.
-Ni estamos cerca de atrapar a esos malditos -soltó gruñón y era cierto, no podían hallar el paradero de los traidores de su misma empresa.
-No se de por vencido jefe ya que pronto caerá uno -miró por el espejo y katsuki tenía una sonrisa burlona y que aseguraba que iba dirigida hacia esos tipos.
No pudo evitar sonreír al ver que logró poner un poco de ánimo a su jefe o su media naranja. Era de saber que tarde o temprano se enamoraría de su jefe y ahora no puede evitar sonreir al verlo y admirarlo.Katsuki era de cuerpo ejercitado con los hombros anchos y se podía ver la cintura que llevaba su jefe, con sus ojos bicolores que le llamaban la atención por ser que la parte derecha era color gris y la parte izquierda eran color carmesí junto a sus cejas largas al igual que sus mechones de cabello rubio puntiagudos, que uno no se atrevería poner su mano pero una perdición ya que al tocarlo eran sedosos y suaves.
Aunque le llamaba la atención la cicatriz que tenía en su rostro por donde tiene su ojo grises ya que sobrepasaba a unos centímetros de sus cejas y terminaba por donde sus pomulos.
El vibrador del celular de su jefe lo sacó de sus pensamientos con su media naranja, ya que sabía quién le llamaba y no podía mostrar una mueca de desagrado hacia la persona quien está reinando en su cabeza, no era de amor era de odio.
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Baby I'm Yours | Bakudeku.
FanfictionUn bailarin exótico que era el deseo de muchas bocas y el pecado de muchos infieles. Aunque para nuestro pecoso solo le importaba el dinero y nada más o eso es lo que pensaba. Una persona que por dentro busca venganza sobre la muerte de su hermana...