Parte 6

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Blaise suspiró

— ¿Y ahora qué? — Preguntó Draco mientras caminaban hacia la clase que compartían con los Gryffindor esta mañana con Snape.

— Es que no sé con quien quedarme — Draco levantó una ceja.

— ¿Eh?

— Es que uno es pelinegro, y esos ojos, uf, es lindo, es rico, y puedo seguir nombrando virtudes

— Ajá ¿Y?

— Y luego, luego está Wesley

— Wow, que gran descripción, te mataste explicando

— Es que, no es mucho lo que hay que decir, es pelirrojo y esos ojos azules hermosos que al cruzar miradas me derriten, su cabello parece mezclarse con los atardeceres, esa tez pálida con esas pecas y lunares que podría contar por horas... — Blaise suspiró

— ¿Y entonces...?

— Es que no quiero perder lo que tengo con tu ya sabes, pero también quiero al pelirrojo.

— Aún no entiendo el problema

— El problema es que a uno le gustas tú, y el otro me odia.

— Pero si te lo coges tu, yo que tengo que ver aquí.

— Pues no lo sé —Blaise miró a Draco —, ni tan atractivo eres. — Draco se tocó el pecho ofendido. — Claro que no es un problema para tí, tu tienes la vida resuelta, aunque puedes elegir a cualquier persona, tienes un matrimonio arreglado, y es perfecto.

— ¿Tener que casarme con Pansy te parece perfecto? —Draco lo miró con cara de haber olido caca.

— Pues sí, es atractiva, es sangre pura, rica, ¿Qué más quieres?

— Ya pues, casate tu con ella.

Entraron al salón.

•••

Draco sonrió por la nota de Harry.

— ¿Que es eso? — Preguntó Blaise — ¿Otra carta de amor? — Levantó y bajó ambas cejas.

Draco negó con una sonrisa mirando la poción.

— No me digas que de Nott, porque le voy a pegar una sacudida que se le va a olvidar lo rubio que eres.

Draco trataba de no reírse.

Blaise miraba como el pelirrojo se recargaba en la mesa.

Draco le agregaba el ajenjo al caldero.

— Merlín, no veo la hora de agarrar ese tras... — Draco lo interrumpió.

— Como que la poción se ve un poco rara...

— ¿Como es posible? Si agregamos todo bien, le puse hasta el ajenjo, ya debería estar casi.

—¿Como que... le pusiste el ajenjo? — Preguntó Draco.

— Pues sí, mientras estabas distraído en tu vaya a saber quien, yo colocaba el ajenjo.

— Pero yo le puse el ajenjo.

— ¡P...

Ninguno pudo seguir discutiendo, pues la poción había explotado.

Todos comenzaron a reír y de a una los calderos fueron explotando por falta de atención en ellas.

•••

— Mierda, como pica — Dijo Draco rascándose saliendo de la ducha.

— Pues según lo que dijo Snape, podrían haber efectos secundarios, algunos podrían ser... ¿Draco? — Harry lo miró extrañado.

Draco lo estaba mirando de forma en la que un lobo miraba a su presa.

— Ay no — Susurró mientras Draco se acercaba cada vez más.

Draco llegó al pelinegro y comenzó a besarlo de forma ruda y a besarle el cuello, luego bajando al pecho dejando algunas marcas.

Harry con la varita puso cerradura a la puerta de la habitación de Draco, suerte de que el príncipe de Slytherin tenía habitación propia.

Luego de Draco haberlo lanzado a la cama, le quitó la toalla, arrojándola por algún lado de la habitación.

— Draco, esta es uno de los efectos secundarios de tu poción, solo recostémonos un rat.. — Decía mientras Draco bajaba lamiendo todo a su alrededor hasta llegar al pene de Harry.

Harry lo agarró de los hombros.

— Para Draco.

Draco lo agarró y se lo metió a la boca con una sonrisa juguetona.

El rubio puso dos dedos en la boca de Harry.

Harry sin entender aún, los lamió.

Draco quitó sus dedos de la boca del pelinegro y los fue introduciendo de a uno en su agujero.

Harry estaba hipnotizado con la escena frente a sus ojos. Draco no paraba de gemir mientras le hacía la felación. Y eso solo lograba excitar más a Harry.

El moreno lo agarró de los hombros, haciendo que el rubio lo mire a los ojos, lo levantó y lo colocó en la cama, no podía más con lo que veía y tenía que intervenir.

Ya luego de haber lamido sus dedos los colocó en el agujero de Draco. Luego de un rato...

— Harry, no aguanto más —  Lloriqueó. — Ya ponlo.

— Aún no — Dijo Harry

Draco quitó la mano de Harry y luego con las piernas lo volteó, quedando Draco arriba de Harry.

Draco sentado a horcadas del pelinegro le sonrió y luego lo beso.

— He dicho que sí. — Levantándose un poco, agarró el miembro de Harry y fue alineándolo con su entrada.

Aunque le costó un poco y con dolor incluido, logró introducir la mitad. Y esperó un rato.

Harry lo miraba, y no podía esperar más.

Lo agarró de las caderas y con fuerza, hizo que todo enterara.

Draco gimió por placer mezclado con dolor. Y Harry considerando esperar un poco, vió como el rubio comenzó a mover las caderas solo.

Entre gemido y gemido, pasaron horas...

— ¡Sí! Mas fuerte, Harry

Harry en esa posición tenía una espléndida vista de su trasero. Lo nalgueó un par de veces escuchando los gemidos de Draco que se intensificaron.

Ambos empapados de sudor estaban cerca del clímax.

— ¡Ahh! ¡Ahí! Solo un poco más.

Eso hizo que Harry vaya más rápido y con más fuerza. Mordió la espalda de Draco. Y este gimió.

Ambos se vinieron.

Harry abrazó a Draco y acostandose en la cama, colocó al rubio en su pecho.

Draco lo miró tocándole el pecho.

— No más, Draco, han pasado... ¡6 horas! — Draco frunció el ceño. — Ya lo hemos hecho en todas las posiciones posibles, ya estoy algo cansado.

— Que hayas dicho solo "algo" cansado, me da pie a seguir

— Pero, Draco, ya es de madrugada, y por la mañana es la prueba de agua del torneo, no he dormido nada. A parte con las investigaciones, menos. Gracias a Merlín, Neville me ayudó.

— Has pasado mucho tiempo con él — Lo miró con las cejas fruncidas. Harry rió.

— Es solo un amigo.

— Vamos, solo una más — Harry rodó los ojos.

— Bien, solo una, y que por favor, el efecto no siga por la mañana. — Le rogó mirando el techo.

Draco le sonrió.

Ese "solo una más" se convirtieron en dos horas.

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⏰ Última actualización: Feb 09 ⏰

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