XXXII.

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UNA OPORTUNIDAD DE AMAR

Jaemin miraba curioso la llave del auto en sus manos mientras caminaba junto a Renjun por el estacionamiento buscando el vehículo que rentaron.

—¿Entonces pagamos sólo por dos horas?— Preguntó al fin cuando lo encontraron.

—No creo que necesitemos más que ese tiempo.— Aseguró Renjun quitándole la llave— Va a ser un paseo corto.

—¿Estás seguro?— Cuestionó subiendo en el asiento del copiloto.— ¿Y si nos perdemos? Es la primera vez que hacemos esto, y podríamos haber tomado un autobús como hacíamos antes.

—Las visitas guiadas en autobús son más largas, regresaríamos casi de noche y no tendríamos tiempo de tomar el ferri de regreso.

Jaemin suspiró al mismo tiempo que se acomodaba rodeándose del cinturón de seguridad.

—¿Qué?— Cuestionó Renjun al observarlo frustrado.

—Siento que no estás disfrutando de esto y piensas demasiado en el tiempo.— Se quejó Jaemin desilusionado.— Hemos caminado por todos lados y hecho cosas divertidas pero igual sigues de malhumor y solamente hablas de regresar cuanto antes.

Era cierto que lo único que pensaba y repetía Renjun apenas llegaron a Jeju, con Jaemin convaleciente, era que no debían desaprovechar la duración del viaje empleando bien su tiempo

Renjun suspiró porque aunque lo intentara, le era inevitable no disfrutar lo que hacían. La espinilla de la realidad lo molestaba constantemente recordándole que ambos tenían una vida diferente que los separaba del otro y pensó que tal vez esa insistencia en regresar cuanto antes en realidad era su forma de apaciguar la frustración de saber que no lo volvería a ver en semanas o meses porque Renjun no formara parte de la vida de Jaemin, aunque sonara paradójico.

—Bien, podríamos pedir un mapa en alguna estación turística.— Habló al fin.— Estoy seguro de que deben haber muchos de esos esparcidos por la isla. Mientras sepamos en dónde estamos, entonces vamos a distribuir el tiempo de forma tranquila y sin preocuparnos...

Jaemin rodó los ojos volviendo a frustrarse.

—¿Entonces dime qué debo hacer?— Preguntó Renjun comenzando a perder la paciencia.— ¿Quieres que nos perdamos el ferri? ¿Sabes que las estadías aquí son demasiado caras...

—Quiero que no pienses en nada.— Lo interrumpió Jaemin.— ¿No puedes simplemente no pensar demasiado?

—¿Y quién pensara en el momento que debamos regresar?— Preguntó él molesto.

—Todavía nos queda demasiado tiempo.— Alegó Jaemin fastidiado pensando en que su acompañante era demasiado obstinado.

A Renjun no le agradó la idea de que Jaemin intentara condicionarlo a esa realidad feliz que era una completa mentira. Pero estaba demasiado indignado para seguir la discusión así que tomó la llave, se quitó el cinturón y bajó del auto.

Jaemin consternado descendió al mismo tiempo y lo siguió intentando alcanzarlo cuando Renjun llegó a la cabina de rentas y le devolvió la llave a la mujer quien le preguntó si quería su dinero de vuelta pero él lo rechazó de forma odiosa.

Luego continuó con su andar molesto al salir, y con Jaemin detrás suyo intentando seguir el paso.

—¿Puedes parar?— Bramó tomándolo del brazo y Renjun se zafó de su agarre rápidamente.

—¿Acaso no quieres que disfrutemos?— Preguntó molesto.— Ahora iremos caminando para que puedas disfrutar todo lo que quieras. — Sentenció irritado, mientras volvía a caminar dándole la espalda.

Shall we? || JaemrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora