୨୧ 𝙁𝙡𝙤𝙧𝙞𝙨𝙩 𝘽𝙤𝙮 ⚘ﾟ⁠.⁠*⁠･⁠ [LUCKITY]

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Luzu estaba demasiado contento, la idea que su amado, su tan hermoso enamorado hablará con el hacia que su corazón latiera cada vez que recordaba la cara del pelinegro, cada expresión, cada movimiento nervioso de quackity lo recordaba, no podía dormir de tan sólo imaginarlo.

Como de costumbre Luzu desperto en su oficina junto las cartas donde siempre describía su amor por el chico de las flores, era ya tarde así que su segundo trabajo comenzaría en unas horas, se levantó de la mesa con molestia, pero tenía que hacer ese trabajo muy a fuerzas, no sabía el porque había abierto esos sitios si al final de cuentas nunca fue alguien perverso, fue directo a cambiarse en su típico traje rojo, saco de su gran clóset las prendas de ese color vino mientras deseaba ver al menos afuera al chico de suéter azul, el pueblo era muy pequeño, así que es muy común toparte con la persona que pienses, sus pensamientos se eliminaron y siguió vistiéndose, colocandose al final unos guantes negros para combinar su vestimenta oscura, procedió a ponerse ese perfume que tanto amaba su enamorado y se dispuso a dirigirse al bar.

Camino aún con ese cansancio a su lugar de trabajo, estos últimos días no hizo más que escribir y trabajar, realmente se sentía agotado y quería descansar incluso una semana entera, trabajar de día siendo un cura y de noche en un bar con club de baile lo tenía muy agotado, lo único que lo mantenía tranquilo era ese chico, con el que tanto fantaseaba.

Llegó al club viendo como la gente empezaba a llegar, era temprano pero no se extrañaba ver a alguien ya queriendo entrar.Abrio el sitio y se dirigió a su mesa para atender al primer adulto con el corazón roto, no le afectaba mucho los sentimientos de los demás ya que llevaba tiempo mirando cada drama que hacía la gente en estos sitios, como supuso miro como varias personas llegaban a pedir las mismas bebidas de siempre, agarraba y preparaba cada bebida que se le ordenaba, miraba como todos jugaban en las mesas de billar, como se abrazaban llorando aún con las bebidas en mano e incluso bailando la música tan movida del momento, quería bailar un poco sin embargo, solo pensaba en atender por hoy.

Pasaron algunas horas, la música seguía y toda la sala estaba ahogando a luzu, sentía el calor de las personas cansadas de tanto bailar y gritar, su turno había terminado hace unos minutos así que solo fue a sentarse en una banca esperando su hora para irse a casa, se acostó en ese comodo sofa que lo sentía como si fuese gloria, estaba tan agotado que pudo dormir ahí mismo y no despertar más.

Sin embargo, unas manos suaves rodearon su cuello mientras ese perfume en específico llenaban sus fosas nasales, era el, Quackity.
Abrió sus ojos mirando a el contrario,
Con esas mismas prendas de la noche que hablaron y con esa sonrisa juguetona del más joven, luzu estaba más que contento al verlo de nuevo, quería hablarle como su verdadero el lo haria, deseaba tanto ver las caderas del pelinegro con ese corset y amaba verlo con ese ligero maquillaje que llevaba.
Se acomodó firme en el sofa, miro como el pelinegro se sentaba a su lado soltado el agarre del cuello.

-𝙃𝙤𝙡𝙖, 𝙨𝙚𝙣̃𝙤𝙧 𝙇𝙪𝙯𝙪𝙧𝙞𝙖𝙜𝙖, ¿𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙫𝙖 𝙡𝙖 𝙘𝙤𝙨𝙖? 𝘌𝘮𝘱𝘦𝘻𝘰́ 𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘵𝘰𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘷𝘰𝘻 𝘥𝘦 𝘦𝘣𝘳𝘪𝘦𝘥𝘢𝘥, 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢 𝘣𝘦𝘣𝘪𝘥𝘰 𝘺𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘯𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘱𝘢𝘴 𝘢𝘴𝘪́ 𝘲𝘶𝘦 𝘺𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘪𝘯𝘧𝘭𝘶𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢𝘥𝘰. .

-𝙑𝙖 𝙢𝙪𝙮 𝙗𝙞𝙚𝙣, 𝙥𝙤𝙧 𝙘𝙞𝙚𝙧𝙩𝙤, 𝙣𝙤 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙚́ 𝙦𝙪𝙚 𝙫𝙤𝙡𝙫𝙚𝙧𝙞́𝙖𝙨,𝙡𝙞𝙣𝙙𝙤. 𝘛𝘰𝘮𝘰́ 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘣𝘢𝘳𝘣𝘪𝘭𝘭𝘢 𝘢𝘭 𝘱𝘦𝘭𝘪𝘯𝘦𝘨𝘳𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘤𝘰𝘲𝘶𝘦𝘵𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘱𝘰𝘯𝘦𝘳 𝘯𝘦𝘳𝘷𝘪𝘰𝘴𝘰 𝘢 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘪𝘰.