୨୧ 𝙁𝙡𝙤𝙧𝙞𝙨𝙩 𝘽𝙤𝙮 ⚘ﾟ⁠.⁠*⁠･⁠ [LUCKITY]

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" 𝙔𝙤 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙤 𝙞𝙧𝙚 𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙡𝙖𝙧 𝙘𝙤𝙣 𝙚𝙡. "

Esta misma frase pasaba por su mente repetidas veces, estaba nervioso por ir a tal lugar, no frecuentaba ese tipo de lugares,llevaba un gran tiempo que no iba a uno. Sabía que no podía ir nada informal, es un sitio donde hay personas mayores y la mayoría iba muy bien vestida, no quería ser la excepción, así que se puso una camiseta roja de manga larga, floja de las mangas y mostrando el escote junto con unos pantalones negros de cuero, no usaba ropa así desde que se fue de su país, pero no tenía mucho que ponerse. Ya cambiado, se puso una gorra roja para hacer juego a su vestimenta y una linda flor de color blanco.

Salió de casa y se dirigió a aquel gran sitio de baile, cada que se acercaba su cuerpo temblaba, sabia lo que podría hacer en sitios así, quería regresar, pero cada que pensaba en el cura seguía, al estar pensando no noto que ya estaba en la puerta de ese club, ¿tan corto fue el camino?, acerco su mano a la perrilla de la puerta y la fue abriendo poco a poco, escuchaba mucha música y risas, quería estar ahí y sentir la felicidad, la abrió por completo y sus ojos se iluminaron. Era un sitio enorme, había gente bailando la música de moda, gente jugando al poker, tomando y al fondo un gran sillón rodeado de chicas y a alguien en medio de ellas, por intuición supo que era el dueño.
Se encaminó entre en medio de la gente a ese gran sillón, era un castaño con traje rojo y con una copa de vino en su mano, cuando este noto la presencia de quackity solo le dedicó una sonrisa coqueta mientras se paraba de ese sofa, las chicas solo miraban con confusión la anterior acción pero siguieron hablando entre ellas. El antes mencionado se acercó a quackity quedando frente a el, mientras que el azabache le daba una señal para que salieran afuera del sitio, El castaño solo siguió al joven de vestimenta roja, se miraba tan atractivo con aquellas prendas, nunca pensó en verlo con ese tipo de ropa, o bueno, solo en sus sueños.

Ya afuera, Luzu empezó a hablar con ese tono de voz seductor que tenía.

-𝙉𝙤 𝙨𝙪𝙚𝙡𝙚𝙨 𝙫𝙚𝙣𝙞𝙧 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙤𝙨 𝙨𝙞𝙩𝙞𝙤𝙨,¿𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙? 𝙉𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙞𝙧𝙚 𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙩𝙖𝙣 𝙡𝙞𝙣𝙙𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙖𝙦𝙪𝙞.
𝘚𝘪𝘨𝘶𝘪𝘰 𝘮𝘪𝘳𝘢́𝘯𝘥𝘰𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘵𝘰𝘯𝘰 𝘴𝘦𝘥𝘶𝘤𝘵𝘰𝘳, 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘪𝘰 𝘴𝘦 𝘱𝘰𝘯𝘨𝘢 𝘯𝘦𝘳𝘷𝘪𝘰𝘴𝘰.

-𝙖𝙢.. 𝘿𝙚 𝙝𝙚𝙘𝙝𝙤 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙫𝙚𝙣𝙜𝙤, 𝙥-𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙚𝙨𝙤 𝙣𝙤 𝙚𝙨 𝙖 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙫𝙞𝙣𝙚, 𝙫𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙡𝙖𝙧 𝙘𝙤𝙣 𝙪𝙨𝙩𝙚𝙙.
𝘛𝘢𝘳𝘵𝘢𝘮𝘶𝘥𝘦𝘢𝘣𝘢 𝘺 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘥𝘦 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘢𝘤𝘵𝘰 𝘷𝘪𝘴𝘶𝘢𝘭 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘢́𝘴 𝘮𝘢𝘺𝘰𝘳, 𝘭𝘰 𝘱𝘰𝘯𝘪́𝘢 𝘮𝘶𝘺 𝘯𝘦𝘳𝘷𝘪𝘰𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢, 𝘯𝘰 𝘭𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰.