Único capítulo

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Era una tarde en Manberg. Karl, se había escapado de sus "Novios", y Sapnap lo perseguía. Corría por el bosque con adrenalina, rompiendo ramitas en su intento de frenarlo. Percibía como los pasos de Sapnap ganaban detrás de él.

Se tropezó, cayendo de cara. Sostuvo su rodilla mientras hacia una mueca. Sapnap, apareció justo detrás de él.

-¿De verdad pensaste que podrías escapar de nosotros? Eres nuestro.

Se paró. Antes de poder correr, lo agarro del cuello del buzo, empujandolo hacia atrás. Sus brazos lo rodearon firmemente.

-Agh, ¡No! -se quejo -¡ALGUIEN, AYUDA!

Envolvió a Karl con un brazo. Con el otro, sacó un paño con cloroformo de su bolsillo y se lo puso en la nariz, apretando.

Intentaba escaparsele, golpeando o empujando, pero el agarre seguía igual. Habían pasado varios minutos, y el cloroformo empezó a hacer efecto; Dejo de pelear. Intentaba moverse, pero sus extremedidas le pesaban. Se sentía mareado, veía borroso y sus párpados se caían.

Se desmayo, y quedó desplomado en los brazos de Sapnap. Guardo el paño en su bolsillo, y se dio la vuelta, caminando hacia la casa.

__________

Karl, se despertó en la casa que tanto odiaba. Cuando abrió sus ojos, de un tirón se sentó. Y miró alrededor de la habitación con la que se había familiarizado tanto. La odiaba y se negaba a llamarlo, "Su dormitorio".

Tenia miedo y panico. Sentía la decepción creciendo en pecho; podría haber sido libre.

Su atencion se torno en la puerta, cuando pudo escuchar el piso rechinando, y ruidos vagos de pasos, que se hacían más fuertes.

La puerta se abrió, y dejó ver a Quackity; al verlo, puso una mirada amorosa y embobada.

-Oh amor, estas despierto.

Lo abrazo. Mientras lo hacía, le acaricia el pelo. Karl, apenas se movía, su mirada demostraba nervios y miedo. Quackity lo noto, pero lo ignoro.

-¿Por qué te escapaste? -pregunto, agarrandolo del mentón -Todo lo que queremos es mantenerte asalvo.

-¡Estas- estan locos! Yo no los amo- me secuestraron, ¿¡Y encima esperan que los ame!?

Frunció el ceño. Lo que le causó un nudo en el estómago.

-No digas eso, tu-tu, ¡Tu nos amas! Eres mío, de nosotros.

Karl, lo empujo, dejándolo a un lado. Frunció el ceño, y sin previo aviso se levantó.

-Carlos -su tono cariñoso, cambio a uno serio.

Rápidamente, abrió y cerró la puerta con un portazo. Empezó a correr por el largo pasillo, Quackity, abrió la puerta y lo empezó a perseguir.

Se fue al final del pasillo, donde quedaba el baño. Entró y cerró la puerta con cerrojo. Escucho un golpe apenas entró.

-Abre la puerta -gruñó.

Mientras tocaba violentamente y sin parar, con lagrimas haciéndose en sus ojos, agachó y puso sus rodillas contra su pecho.

-Karl.

Se arrepintia. Sabia que lo que hizo era ridículo, y que posiblemente lo arruinó más. En algún momento tendría que salir.

-¡Vete a la mierda! Yo me iré y-

-¿Así? ¿Y que harás cuando te escapes?

-Yo- yo-

-A nadie le importas.

-Mien- Mientes.

-Tu caso se cerró rápidamente. Nadie te busca, porque a nadie le interesas, en total, tienes pocos amigos.

-Ellos me quieren-

-Si ellos te quisieran, seguirían buscandote. Tal vez, ya te encontrarían. Créeme, el otro día me encontré a George, dijo que estaba aliviado de que desaparecieras. -mintió.

Dio un largo suspiro, y se pegó a la puerta. Apoyo sus manos, y mejillas contra ella.

-Todo lo que necesitas es nosotros. Te amamos, eres nuestro- mío, y solo queremos mantenerte asalvo.

Estaba horrorizado. No le creía nada, sabía que todo era manipulación. Sin embargo, no podía estar en el baño para siempre.

La casa se quedo en silencio unos minutos. Se levantó y abrió la puerta.

Ante esto, Quackity dio un paso atrás, su mirada obsesiva cambio a una de felicidad, y se lanzó a abrazarlo, rodeándolo con sus brazos.

-Oh, amor. Te amo tanto, gracias por entrar en razón.

Susurraba cosas de esa índole. Dejo de abrazarlo, y con sus dos manos empezó a hacerle caricias en su espalda.

Karl, solo podía asentir, "Afirmando". Mientras lo llevaban a la habitación, con Quackity tomándolo de la mano, solto pequeñas lágrimas. Nada lo salvaria del castigo. Lo único que podía hacer, era obedecer. Tal vez, así confiarian un poco mas en el.

DE VUELTA AL INFIERNO | Karlnapity (13+).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora